capítulo 25

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Entrada 77

Le dije que era hora de irnos, se hacía muy tarde y la lluvia no paraba de caer, ella asintió y fue a buscar sus cosas, yo me quedé en la estancia, unos ruidos llamaron mi atención, me acerque a una de las puertas y el golpeteo se escuchaba fuerte, la puerta temblaba con cada golpe y me di cuenta que ahí se encontraban los seres que se habían convertido, di un paso atrás y la puerta parecía que estaba cediendo a los golpes.

Innis gritó que me alejara de ahí, después escuché el crujido de la puerta, ¡maldición!, la puerta era de madera comprimida, sentí como unas manos me jalaron hacia la habitación, luego solo sentí como caí al suelo, reaccioné y vi a Innis, unas manos la metían a la habitación, no me dí cuenta en que momento ella tiró de mí para librarme de aquellas manos, después escuché que gritaba ¡escapa! ¡huye de aquí!

Me quedé inmóvil, no podía creerlo tanto luchar y ella quedará ahí devorada por esos seres, intenté entrar a la habitación, tomé el bat que ella dejó en el suelo y los empecé a golpear pero fue inútil, empezaron a salir por montones, después se veía fuego dentro del cuarto y en todas partes, el lugar se estaba quemando, no entendía como había pasado esto, no tuve más remedio que salir huyendo, Innis estaba muerta y no podía hacer nada. Me quedé afuera del club contemplado como las llamas consumían el edificio.

Mis lágrimas inundaron mi rostro cansado no entendía porque se había sacrificado por mí, era un inútil y creo que ella tenía más posibilidades de sobrevivir, pero la mala suerte me seguía salvando la vida. Tomé las llaves del carro y salí de aquella ciudad, dentro de poco abrían miles de aquéllos seres y no quería estar ahí para cuando eso ocurriera.

Llegué a casa y durante el camino ví a varios de aquéllos seres deambulando en la carretera, baje a la poli, revisé sus heridas y comprobé que no tuviera temperatura, le tuve que quitar la ropa pues toda estaba manchada de sangre y le puse una de mis camisa, ya cansado la dejé en mi cama y me salí de la habitación.

Me da vergüenza decirlo pero cuando eh dicho que dormí casi doce horas no precisamente fue por cansancio, en realidad quise ahogar mi tristeza con una botella de brandy que tenía, no soy un buen bebedor pero tenía que sacar todo lo que me sucedió de alguna forma así que me embriague hasta perder el conocimiento.

Hoy eh despertado muy tarde, me duele la cabeza y fui a comprobar que mí acompañante no se hubiera convertido en una de esas cosas, ella seguía dormida al parecer estaba más cansada, me detuve a pensar en lo que había pasado y no pude evitar que las lágrimas saltarán al primer recuerdo de Innis, no lo quería aceptar, me dolía el pecho y me dí cuenta de lo cobarde que fuí.

Después de lamentarme decidí tomar una taza de café cargado, la cruda me estaba matando, salí al patio, el sol no brillaba con fuerza, hasta él parecía entender que él mundo estaba cambiando, no había visto mis cultivos desde que todo empezó y noté que la hierba me estaba ganando terreno, me dí cuenta que dentro de mis murallas todo estaría bien, si evitaba salir y me dedicaba a sobrevivir podría superar cualquier cosa, tomé el hacha y empecé a cortar madera para sacar el alcohol de mi sistema, sentía los efectos de malas ganas.

Pasadas dos horas la chica policía se despertó, estaba parada frente a mí con su arma apuntando mi cuerpo, exaltada y confundida preguntó que hacía en mi casa y con poca ropa, le dije que si no se acordaba de lo sucedido en la comandancia, ella bajó la vista y después el arma y dijo que lo sentía, pensó que todo había sido un sueño.

Le relate los hechos como habían sucedido, ella no podía creerlo, sus amigos estaban muertos, mientras la taza humeaba como una chimenea y el ambiente se impregnaba con el olor amargo, la policía meditaba cada palabra.

Después de unos instantes decidió salir y reportarse en alguna comandancia, le dije que era una locura, el municipio estaba plagado de esas cosas, y hubiese alguien no tendríamos posibilidades de llegar con vida, ella señaló su arma muy segura y le recordé que casi moría por una de esas cosas con todo y su arma.

Ella se paró y salió al patio yo la seguí con mi taza de café en mano, ella se detuvo y vió todo mi terreno y preguntó si sabía algo de esto, si tenía conocimiento pues al parecer estaba bien fortificado, solo sonreí y le conté todo mi historia desde el inicio, miró cada centímetro de mi tierra y dijo que si me hubiera conocido antes me tomaría por un loco, pero ahora no sabría que pensar, le dije que se quedara conmigo con su habilidad con el arma sería de gran ayuda, suspiro y acepto.

Solo pidió dos cosas y era regresar a la comandancia para conseguir más balas o por lo menos otro tipo de arma, y la otra era que pasáramos a su casa necesitaba ropa, le dije que era muy riesgoso y que podríamos morir en el intento, ella volvió a mirar los muros y me dijo que lo tomara o lo dejara, suspiré, la necesitaba más de lo que ella podría me necesitar y acepté.

Guardé un par de cosas, como agua, algo de comida y gasolina, no sabía con que nos podíamos encontrar allá, todo pudo haber cambiado en un instante, también me llevé el garrote que me había dado la poli, dentro del carro encendimos la radio, la mayoría de las estaciones transmitían estática, por último una estación local sintonizó, una chica de muertos vivientes, zombis, se escuchaba algo de mordidas, que no saliéramos de nuestras casa, todo era un caos. Y solo apague la radio. 

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