Capitulo 11

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Me metí en mi habitación, cerré la puerta tras mío me apoyé en mi escritorio, negué con mi cabeza. Tocaron la puerta pero antes de decir algo se abrió sola, dejándome ver a un serio Steve quien se adentró en mi habitación cerrando la puerta.

Steve: —¿Por qué te fuiste así?— preguntó rápidamente. Yo solté una carcajada, para después comenzar a reír, Steve me miró extrañado pero de la nada se le escapó una sonrisa y comenzó a reír conmigo.

Morgan: Suspiré aún queriendo reírme, relamí mis labios. —Me fui así porque acusé a Nat de estar contigo, cuando en realidad se habían besado para salvar sus vidas— Comencé a reír de nuevo.

Steve: —¿Morgan, de verdad piensas que fuiste tan poco para mi, que podría llegar a reemplazarte de esa manera?— preguntó serio, acercándose a mi.

Morgan: Solté una amarga carcajada y me encogí de hombros. —Estoy harta de sentirme así por ti—

Steve: —¿Así como?—

Morgan: —Como si mi vida dependiera de ti, esa sensación de falta de aire cuando no te tengo cerca—

Steve: —Yo me siento igual, Morgan...

Morgan: —Pero nunca me llamaste Steve— Solté casi gritando y mis ojos se aguaron.

Steve: —Yo quería llamarte— Dijo después de unos segundos, casi en un susurro.

Morgan: —No es verdad, sabes todas las malditas noches que llore por ti?—

Steve: —¿Y crees que eres la única que se sintió así? ¿Crees que eres la única que la pasó mal?— preguntó enojado.

Morgan: —No, pero nunca te sentirás como yo me sentí, lo único que quería era saber si estabas bien, maldita sea si estabas vivo, no sabes cuantas veces me imaginé que algo te podía haber pasado— ambos habíamos subido el tono.

Steve: —No? Entonces que? Piensas que soy un insensible, que yo no sentí nada de eso? No sabes cuantas veces quise arriesgar todo solo para verte... pero—

Morgan: —Pero ¿qué? ¿No podías? Eres un egoísta...

Steve: —Eso no es cierto, todo lo que hice fue para mantenerte a salvo— Se acercó aún con su tono fuerte.

Morgan: —Si lo eres, me habías dicho que era lo más importante en tu vida, que no podías vivir sin mi y todas esas cosas para que?— Me acerqué también siguiendo alterada.

Steve: —Sabes perfectamente que lo eres—

Morgan: —No Steve, no sé nada, no sé si estás enamorado de mi, no sé si sigues sintiendo lo mismo, si es que cambiaste, si es que estás con otra chica, no tengo ni una maldita idea de cómo te sien... —

Estaba gritando, de repente Steve me agarró de la cintura y cortó la distancia que había entre nosotros, atrapó sus labios con los míos. El encuentro fue brusco, nuestros labios eran como nubes, dulces y cálidas nubes, se sentía bien, como antes, relaje mis brazos en su cuello, el me apego más y el beso comenzó a subir de tono, casi como una necesidad, besándonos con desesperación, con anhelo, mordí levemente su labio inferior, me agarró de la cintura y me subió al escritorio dejando caer todo lo que había encima, no me importo y quité su chaqueta, el comenzó a besar mi cuello mientras desabrochaba mi vestido. Esfumé su camisa, pase mis palmas por sus brazos hasta llegar a su cabello y jalarlo un poco atrayendo su rostro hacia el mío e así besar nuevamente sus calientes labios, nuestras lenguas danzaban en una sincronía perfecta, me quitó el corset lentamente y yo desabroché su cinturón, nuestros jadeos se hacían presentes en la habitación, se quitó el pantalón y me tomo con sus brazos en mis caderas, yo enrollé mis piernas en las suyas, se sentó en la cama conmigo encima, dejando marcas en mi cuello mientras su mano bajo hasta mi feminidad haciendo movimientos circulares, por encima de mis bragas, de mi boca salió un pequeño gemido que terminó por ahogarse en sus labios, hábilmente me dio vuelta quedando arriba de mi, nos deshicimos de la ropa interior restante. El roce de nuestros cuerpos derrochaba electricidad y sus manos eran granadas que explotaban en cada parte de mi cuerpo y cada vez que el me tocaba.

Morgan: —Steve, hazme tuya— Con mi voz le supliqué, el deseo me estaba consumiendo. El no necesito nada más, me demostraba que estaba tan deseoso como yo de por fin reencontrarnos de esta manera de volver a ser uno, solo nosotros dos.

Steve narra:

Sus súplicas encendieron mis ojos colmados de deseo, al igual que los suyos, sus jadeos me hacían querer darle todo de mi, hacerla mía en todas las maneras posibles, besé sus labios rojizos, disfrutando cada centímetros de ellos. Introduje mi miembro en su feminidad, ahogamos un jadeo en nuestros labios, se sentía bien, algo que ambos queríamos, comencé con mis embestidas lento pero con decisión.
Su espalda se arqueaba, mis manos la acariciaban por todos lados, el tacto de mis palmas con su piel provocaba que mi sangre hirviera, expulsábamos placer a través de gemidos la habitación se inundaba de ellos, todo a nuestro alrededor se hacía insignificante, nada más importaba mis movimientos se hacían cada vez rápidos y necesarios, escuchar como su boca emitía sonidos de gozo al nivel de agotar su voz volviéndose ligeramente ronca me provocaba un placer increíble, la tenía conmigo, la tenía para mi y yo para ella, podía ver cómo sus manos se enrollaban en las sábanas y sentía como sus pies se enterraban en la cama haciéndome saber que lo estaba disfrutando de la misma manera en la que yo lo hacía.
Después de unos largos minutos de gozo y de súplicas de muchísimo más movimiento, más rapidez, estábamos por llegar al climax máximo para así poder terminar juntos, después de unas pocas embestidas, Morgan soltó un orgasmo que me hizo vibrar y a ella temblar, mi boca emitía sonidos de cansancio pero satisfacción. Me quite lentamente de encima y terminé acostado a su lado escuchando la respiración de ambos enloquecida, la miré de reojo con una sonrisa, ella mordía su labio también sonreía, tenía todavía sus ojos cerrados. Una delgada capa sudorosa nos cubría, se inclinó hasta las sábanas para después cubrirnos, no hacía falta decir nada, entrelazó nuestras piernas y apoyó su cabeza en mi pecho al igual que su mano, yo pase mi brazo por su espalda y deje suaves caricias, cerró sus ojos y a los pocos segundos su respiración se calmó, supe que se había dormido, cerré los míos, era todo perfecto.

Mantente en mis sueños (secuela) ⭐️ MARVELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora