Capitulo 34

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Después de tirar un par de chistes con Wanda, decidí ir a hablar con Steve, ya era tiempo de arreglar las cosas, golpee la puerta, nadie respondió, abrí sin más.

Morgan: —¿Steve?— entre en su habitación, no había nadie, deambulé por esta y me acerqué a su escritorio, habían cartas muchas cartas, decían mi nombre, quería abrirlas pero supongo que me las entregará cuando esté listo, también habían dibujos míos, recientes, con mi cabello rojo y rubio, mis ojos azules, cada detalle puesto en un papel, eran hermosos.

Estaba tan metida en mis pensamientos que nunca escuché el agua de la ducha prenderse, que ahora corría y sonaban las gotas caer, vi los discos de vinilo en una repisa, muchos de mis libros favoritos en su mesita de luz, siempre me dijo que le gustaba leerlos para adentrarse más en mi mundo, sonreí.
Cerré la puerta de su habitación con pestillo, comencé a quitarme la ropa, quedando completamente como Dios me trajo al mundo, mordí mi labio nerviosa, pero solté aire para tranquilizarme, caminé sigilosamente pero firme abrí la puerta del baño "can't help falling in love" de Elvis Presley se hacía presente en la habitación, el vidrio empañado de la ducha me dejaba sólo ver una sombra oscura, estaba con la cabeza bajo la regadera, silenciosamente me acerqué, parte de la ducha estaba abierta así que entre.

 Cerré la puerta de su habitación con pestillo, comencé a quitarme la ropa, quedando completamente como Dios me trajo al mundo, mordí mi labio nerviosa, pero solté aire para tranquilizarme, caminé sigilosamente pero firme abrí la puerta del...

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Estaba de espaldas, pasé mi mano por sus músculos de los brazos, su cabeza se giró levemente mirando por encima de su hombro, se hizo presente una sonrisa en sus labios que hizo que me derritiera, besé su espalda bajo las gotas de agua que caían sobre mi cara, estábamos en silencio no hacían falta las palabras. Se giró posando sus manos en mis mejillas acortando toda distancia entre nosotros, un beso lento sus palmas acariciaban mi rostro con necesidad las mías descansaban en su pecho, el agua caliente nos caía y el vapor nos envolvía.
Me apoyó en la pared fría, que me hizo arquear la espalda y quejarme, mordió mi labio inferior tirando de el, pase mis brazos por debajo de los suyos acercándolo a mi.

Acune mi rostro en su cuello, succioné con mis labios una parte de este por unos segundos, pasé mi lengua por su piel, pude sentir como su miembro comenzaba a tener una erección y rozaba con mi feminidad, ahogué un gemido en su cuello, me agarró de las piernas, las enrollé en su cintura mientras el me sostenía con fuerza.

Mantente en mis sueños (secuela) ⭐️ MARVELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora