Compañía silenciosa

Hogsmeade

Habían pasado unas semanas desde aquel rumor de una Gryffindor y un Slytherin. Se acercaba la primera salida a Hogsmeade y Alya estaba emocionada. No había tenido mucho tiempo libre, se la pasaba de clase en clase y luego haciendo tarea junto a Lily. Además los entrenamientos de quidditch la dejaban agotada. Aún así después de cada clase de pociones se encontraba con Snape en la biblioteca, ambos creían que ahí era el único lugar donde nadie los vería. Era algo totalmente equivocado, sus amigos en algunas ocasiones la encontraban ahí, pero seguían el consejo de Evans y esperaban que pronto se diera cuenta de la clase de persona que era el Slytherin. Además cierto pelinegro los vigilaba de cerca, no quería que aquella extraña relación pasara a más. Pero hasta el momento no encontraba indicios de que algo así fuera a ocurrir. Solo se sentaban y comenzaban a leer, en muchas ocasiones durante toda la hora libre no decían ni una palabra.

Pero aunque no compartían ninguna palabra para Alya y Severus ocurría todo durante esa hora. Era una complicidad silenciosa, un apoyo mutuo sin mediar palabra. El pelinegro no tenía que fingir como la hacía ante sus compañeros de casa y la pelinegra no tenía que soportar prejuicios acerca de que fuera igual a alguno de sus hermanos.

—¿Irás a Hogsmeade el fin de semana?— Apenas era lunes, pero todos los alumnos estaban ansiosos de poder salir de los terrenos de Hogwarts.

—Si.— Era normal que Snape contestará de forma breve y era algo a lo que Alya ya estaba acostumbrada.

—¿Y tienes planes o solo iras a vagar por ahí?— No era común que hablaran sobre cosas fuera de lo académico, pero a ninguno se sentía incómodo por ello.

—Solo iré a vagar por ahí.—

—¿Y estarás acompañado?—

—¿Por qué la pregunta? Habíamos decidido no hacernos compañía fuera de la biblioteca.— La chica sonrió al recordar el acuerdo al que habían llegado para evitar otra situación como la última.

—Tranquilo Snape no te estaba invitando a salir.— Alya estaba segura de haber escuchado un gruñido de parte del chico así que continuo. —Sólo pensé que si te aburridas de pasear podías ir a las tres escobas, tal vez yo esté ahí.— Antes de que el chico contestará la pelinegra había tomado sus cosas y salido de la biblioteca. Estuvo pensando todo el fin de semana decirle aquello al Slytherin, quería saber cómo era estar con Snape sin el tema académico de por medio. Pero ahora se arrepentía, tenía miedo. Existía la posibilidad de que no tuvieran ningún tema del cual hablar y todo se volviera incómodo.

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Para desgracia de la Gryffindor la semana pasó más rápido de lo que hubiera querido y ahora tenía que arreglarse para ir a Hogsmeade. A pesar de que ella y Snape seguían con su rutina después de la clase de pociones, ninguno había mencionado la salida a Hogsmeade. El único pensamiento de la chica mientras desayunaba era que esperaba que Snape hubiera olvidado lo de las tres escobas. Pero en el fondo no quería que lo olvidara, enserio quería sentarse a platicar con aquel chico y saber todo de él.

No había hablado desde que despertaron y Lily ya estaba preocupada por su amiga, Alya no era una chica que se quedara callada. Por ello después de que Filch las dejará salir alejo a la pelinegra de sus amigos y la sujeto desde el brazo.

—¿Qué te pasa? Y no me vengas con tu "nada" que se muy bien que algo te ocurre.— Black hubiera querido que sus amigos la ayudarán en esta situación tan incómoda. Pero aquellos cuatro creyeron que se habían separado para hablar sobre cosas de chicas, por lo cual no las iban a interrumpir.

—Debes saber que tal vez me vea con Snape en las tres escobas.— No tenía porque mentir, no iba a hacer nada malo. Pero aún así durante toda la semana no le había ha dicho a nadie.