Diferencias

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Severus era consciente que al aceptar ser parte de los Mortifagos tendría que presenciar actos horribles y en algunas ocasiones participar en ellos. Pero era muy diferente saber o leer en el Profeta de los actos que cometieron las filas de seguidores del-que-no-debe-ser-nombrado y estar con ellos fingiendo estar de acuerdo con lo que sus ojos veían.

Después de haber recibido la marca tenebrosa Snape no había vuelto a ver al Señor Tenebroso. Todas las órdenes que recibía eran de algún mago del círculo interno, en su mayor parte de Malfoy o Lestrange.

Esa mañana al llegar a la guarida y entregar las pociones que le habían sido encargadas una semana atrás, Lucius le había pedido que se quedara. Al parecer el patriarca de los Malfoy tenía una misión importante y requería ayuda de otros magos.

—Severus, Narcissa ha planeado una cena, tenemos una gran noticia que dar. Y me agradaria, amigo mío, que nos acompañaras.—

—Será un placer.— La mejor opción para el pelinegro era demostrar una imagen leal al joven matrimonio Malfoy.

Cuando todos los magos requeridos habían llegado Lucius les informo donde deberían aparecer sin dar detalles de la misión. Snape no se opuso, si quería llegar a tener la confianza de los magos del círculo interno y del mismo Señor Tenebroso tenía que demostrar lealtad y ser capaz de cumplir las misiones requeridas.

—Bien. Nuestros informantes nos han dicho que es posible que Dumbledore y los magos de la orden podrían estar en la casa al final de calle. Todo aquel que se encuentre en la casa debe desaparecer, no importa si tiene magia o no.— Malfoy demostraba autoridad y aunque todos pensaban que era poco probable que la información fuera cierta nadie lo dijo en voz alta.

Severus ajustó su túnica y se puso la horrible máscara que todo el mundo usaba. Aunque le parecía absurdo usar esas máscaras era una gran forma de que ningún miembro de la orden del fénix pudiera reconocerlo. Solo había estado en un par de misiones en las que aparecieron los magos de la orden, pero era necesario para el bienestar de Alya que evitará que el rumor de que era Mortifago llegara a los amigos de su esposa.

De forma sigilosa se acercaron a la casa antes mencionada, Severus no sentía ni el mínimo rastro de magia, podía asegurar que esa casa no era la guarida que tanto ansiaba el Señor Tenebroso. Avery lanzó un bombarda a la puerta y uno por uno fueron entrando, Snape entró al último, realmente prefería estar encerrado haciendo pociones que estar en absurdas misiones como esa.

Siguió a Lucius por toda la casa, el primer piso estaba totalmente vacío. El alivio que sentía Snape fue rápidamente cambiado por miedo al ver que el segundo piso albergaba a una familia. Una pareja con 3 hijos, Malfoy llevó con magia a todos los muggles a la sala mientras Snape esperaba que esto acabara rápido, las lágrimas silenciosas de la hija menor le molestaban. Claro que gracias a la máscara nadie detectaba eso, era una ventaja más de aquella absurda idea.

—Bien, esperemos que Bellatrix haya tenido más suerte con la otra ubicación.— La voz de Lucius le demostró a Severus lo aburrido que estaba al descubrir que solo había muggles en la casa.

—¿Podemos divertirnos con ellos?— Snape tuvo que reprimir todo el asco que sintió al ver como un Moritfago se acercaba a la madre, sabía que tenía que aguantar las cosas horribles que veía con esos magos, pero pensar en todo lo que hacían le llegaba a causar pesadillas.

—No tenemos tiempo. Déjenlos atados.— Snape estaba sorprendido de la decisión de su amigo, hasta que al salir de la casa el rubio provocó fuego en la casa. Claro que el pelinegro no sabía que Malfoy había desatado a los muggles, al parecer el heredero de los Malfoy se había conmovido al ver las lágrimas de los 3 hijos.

Compañía silenciosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora