Muerte

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Alya adoraba los días en los que ella y Severus podían encontrarse, era ridículo tener que escaparse para pasar tiempo con su esposo, pero merecía la pena al poder compartir varias horas con el pelinegro. Y aquel día en serio necesitaba estar con Snape, las cosas en el mundo mágico empeoraban más si eso era posible, la orden tenía que cambiar de guarida cada semana desde el último ataque y era muy probable que a pesar de ello, en algún momento Voldemort los encontrara. Alguien los estaba traicionando y eso provocaba que nadie supiera todo lo que necesitaba, Moody repetía un millón de veces que era por seguridad.

—¿Puedo saber en qué piensas?—

—Que tengo muchas cosas que contarte de estos últimos días.—

—Yo también tengo mucho que contarte, ¿quieres algo de comer?— Alya estaba segura que Severus se sentía culpable por no poder estar con ella todo el tiempo; así que las veces que se veían el pelinegro la consentía demasiado.

—Estoy cansada, creo que lo mejor sería acostarnos y platicar.— El pelinegro asintió y llevó a su esposa a la habitación principal.

—¿Entonces, cuéntame qué tal te ha ido?— Severus se había acostado a lado de su esposa y daba suaves caricias al abultado vientre de la pelinegra.

—Tengo una gran noticia que te alegrará demasiado. Lily está embarazada.—

—¿De Potter?—

—Obvio que de Potter.— Snape recibió un zape de su esposa ante la pregunta, pero tenía que preguntar, tal vez la pelirroja al fin se había dado cuenta de la mala elección de esposo que había hecho.

—Al parecer tiene un par de semanas y mencionó que tal vez yo podía pasarle el contacto de la boticaria que me surte mis pociones, le dije que no se preocupara que yo me encargaba de eso.—

—No tienes de qué preocuparte, te haré llegar las pociones necesarias para Lily y para ti. Al parecer estar rodeado de brujas embarazadas es mi destino.—

—¿De qué hablas?— El pelinegro suspiro y trato de evitar la pregunta, pero la mirada que tenía Alya era difícil de ignorar.

—Hace un par de días Lucius y Narcissa dieron la agradable noticia que esperan un hijo o hija.—

—¿Enserio?—

—Si. Y tal parece que gracias a mi papel en la vida del nuevo Malfoy Lucius me pidió que realizara las pociones correspondientes para Narcissa.—

—Creo que era muy obvio que te lo pidieran, eres todo un experto en pociones.—

—No tienes que decir tales cosas, ya dije que haré las pociones para Lily también.—

—No lo decía por eso. Por cierto, ¿qué papel vas a tomar en la vida del bebe de los Malfoy?— Snape esperaba que esas palabras hubieran pasado inadvertidas por su esposa, pero al parecer tendría que explicar el resto de su historia.

—Me han pedido que sea el padrino del bebe.—

—¡Esa es una gran noticia! Apuesto que serás un increíble padrino, ese bebe te respetara y te querrá mucho.—

—¿No te incomoda?—

—Claro que no. Tal vez no entienda por completo la extraña relación que tienes con Lucius y mi prima, pero sé que serás un gran padrino para ese bebe que técnicamente será familiar mío.—

—Apuesto que Sirius será el padrino del hijo de James.—

—Hasta el momento eso es lo que James ha dicho. Además el y mi hermano han insistido en saber quién será el padrino del bebe.—

Compañía silenciosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora