Mago tenebroso

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Alya.

¿Te parece bien vernos en el callejón Diagon mañana alrededor de las 10 de la mañana? Tenía pensado que puedes acompañarme a comprar algunas cosas que necesito y luego podemos ir por un helado. Después regresamos a la casa Prince juntos.

Espero tu respuesta.

Atte. Severus.

La ahora peliverde no lo pensó demasiado. Toma un pedazo de pergamino y le respondió a Severus. Aquello le parecía una gran idea. Aunque era posible que alguien los viera poco importaba.

Ya les había dicho a James y Sirius que una amiga la había invitado a pasar 2 semanas con ella. Y que había aceptado. Debido a que James pasaba demasiado tiempo a solas con Lily y que Sirius se pasaba horas arreglando la motocicleta que había comprado ambos creyeron que era una gran idea que la chica saliera a distraerse.

Al día siguiente con todo lo necesario empacado Alya estaba a punto de irse, solo le faltaba despedirse de sus amigos. Remus también se encontraba en casa y era él el que le había dado la idea de que decirles a los chicos.

—Muy bien, nos vemos dentro de dos semanas.—

—¿Dónde verás a tu amiga?—

—En el callejón Diagon.— Alya había aprendido que mientras más verdad digas en una mentira es más fácil que te crean.

—Déjame acompañarte. Así salgo un rato.—

—No es necesario Cornamenta, estaré bien.— La joven Black no había esperado esa reacción de sus amigos.

—No creo que sea mala idea hermanita. A pesar de nuestro apellido debes recordar que se nos considera traidores.— Durante el último mes cada que leían el profeta se encontraban con un artículo de gente desaparecida, en su mayoría hijos de muggles.

—Puedo cuidarme sola chicos. Enserio no es necesario que me acompañen.—

—Solo es para asegurarnos que estés bien. Déjame acompañarte, de todos modos yo solo vine para despedirme de ti. Después de dejarte con tu amiga me voy a casa.— Remus siempre la ayudaba a salir de los problemas.

—Deja que Lunático te acompañe Serpentis.— La chica solo asintió con la cabeza y se dirigió junto a Lupin al callejón Diagon.

Snape estaba frente al Gringotts esperando a la chica. Cuando distinguió a Alya quiso acercarse de inmediato pero noto a Lupin, por lo cual era probable que el resto de sus amigos estuviera cerca, así que espero.

Alya al notar al Slytherin corrió hacia él y lo abrazo. Poco le importó que alguien pudiera reconocerlos o que Remus estuviera ahí, estaba feliz de ver de nuevo a Snape.

—Te extrañe demasiado Severus. No puedo creer que llevemos mes y medio sin vernos. Con decirte que hasta extraño ese ligero olor a humedad que emana de ti.— La chica estaba tan emocionada que había olvidado que venía con alguien.

—Lupin.— El chico asintió y dedicó una sonrisa amable a Snape. —Yo también te extrañe.— No había querido decirlo en voz alta, pero la mirada de Alya decía que estaba esperando que él dijera algo.

—Muy bien. Creo que es hora de que me vaya. Un gusto verte Snape, cuídate Alya.— Remus sentía que sobraba en aquella situación así que estaba dispuesto a irse. Pero las palabras que dijo Snape le hicieron detenerse.

—¿No quieres acompañarnos por un helado Lupin?— Sabía que Lupin estaba al tanto de todo lo que tenía con Alya. Y aunque no lo diría en voz alta estaba agradecido por el apoyo que le daba a su novia.

Compañía silenciosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora