Tercer encuentro

991 123 9
                                    

—No es buena idea que vayas pelirroja.—

—Ni lo intentes Canuto, le he repetido eso un millón de veces.—

—Estoy segura que Alya puede cuidar a Harry. Tengo que estar con ustedes para que no se arriesguen demasiado.—

—Pero Dumbledore ha dicho que ha averiguado que el que no debe ser nombrado puede estar ahí.— Alya no diría que estaba segura que esa información la habían obtenido de Severus.

—No intenten hacerme cambiar de opinión. Alice también ira y estaremos bien.—

—¿Con quién va a dejar Alice a Neville? Espero no tener que cuidar a 3 bebes a la vez.— Alya apenas podía cuidar a Harry y a Dalim.

—Tranquila, lo dejara con Augusta.—

James, Sirius y Remus hubieran querido encerrar a la pelirroja en cuarto y así evitar que fuera a la misión, pero la chica era muy terca.

Desde que Moody había empezado a planear la misión, Lily había discutido con la mayoría de los miembros de la orden. Era madre hace apenas un mes y ya quería correr hacia el peligro.

Alice la había defendido, si ella quería correr hacia el peligro era su decisión, nadie regañaba a James por ir a misiones con un hijo recién nacido. Y en eso Alya las había apoyado. A los chicos no se les criticaba por salir de misión a los días de que sus hijos habían nacido, ¿por qué era todo lo contrario con las madres?

Así varias mujeres habían mantenido un frente unido ante la negativa de Moody de dejar que las recientes madres se unieran a las misiones.

Pero Alya creía innecesario que ambos padres arriesgaran sus vidas. Claro que tanto James como Lily eran demasiado tercos y ninguno iba a permitir que el otro fuera solo.

—Tenemos que irnos.— Moody no dejo que los chicos continuaran con su discusión, el ya había decidido permitir que Alice y Lily fueran a la misión. Además iban a necesitar a todos los miembros posibles, si la información que había llegado a Dumbledore era cierta entonces la batalla sería complicada.

—¡Vigilancia constante!— Alya brinco ante el grito de Moody —Recuerda estar pendiente de las apariciones cercanas, puede que en cualquier momento lleguemos con heridos.— La chica asintió y se dejó caer en una silla cercana.

—Tranquila Serpentis, regresaremos. Siempre lo hacemos.— La ahora pelimorada sonrió ante las palabras de James, tener que ver salir a su familia sin saber si iban a regresar era horrible. Y aún más al saber que su esposo también estaba en constante peligro no la tranquilizaba.

Lily se alejó de Harry después de despedirse, no quería dejar a su hijo. Pero estaban en una guerra y ella no podía quedarse de brazos cruzados. Se acercó a Alice y le sonrió, sabía que la chica la comprendía. Así que ambas aparecieron donde Moody había avisado que ocurriría todo.

Varios muggles estaban reunidos para celebrar alguna festividad que ningún mago entendía. A los pocos segundos de que la orden estuviera en posición los Mortifagos fueron llegando formando un círculo alrededor de la conglomeración de muggles, luego apareció Voldemort, con sus mortifagos más leales.

Los muggles no entendían porque esas extrañas figuras con máscaras aterradoras se acercaban a ellos, pero sus instintos de supervivencia les hacían saber que aquellas personas eran peligrosas.

—Su miedo por lo desconocido es abrumador. Son seres inferiores que creen tener todo el mundo bajo sus pies, pero hoy se demostrara que son solo una especie que pronto erradicaremos.— Voldemort había utilizado un hechizo para que todos ahí escucharan sin problemas, su voz denotaba aburrimiento.

Compañía silenciosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora