Alya ha estado bastante cansada estos últimos días. Te pido perdón por responder yo, pero creo que lo mejor sería si pudiéramos encontrarnos como dice tu nota anterior. Prometo llevar a Alya.
Te esperamos en el lugar indicado en la carta.
Atte. R.L
P.D. Sé quien eres y no tienes de qué preocuparte.
La nota había puesto demasiado nervioso a Severus, al enviar las pociones de la semana a su esposa nunca espero recibir una nota así de regreso. Estaba seguro que las siglas eran de Lupin y aunque hubiera querido negarse a verlo, la sola mención de que Alya se encontraba cansada lo había preocupado, así que ahora estaba en el lugar donde normalmente se veía con Alya.
Era una cafetería muggle en el centro de Londres. Cuando vio a Remus y Alya llegar se acercó a ellos.
—No digas nada Lupin.— Tomó del brazo a ambos y se apareció dentro de la mansión Prince. Hubiera querido evitar aparecerse pues Alya parecía bastante cansada, pero era la forma más segura. Tomó a su esposa en brazos y la llevó a la habitación principal.
—¿Desde cuándo estás así?—
—No tengo fuerzas para discutir contigo en este momento.— Alya se acomodo en la cama y se quedó dormida, así que la mirada del pelinegro fue directo al licántropo.
—¿Qué ocurrió?—
—Después del ataque de hace unos días se desmayó. Lily dijo que solo era cansancio, que lo mejor era que descansara, ya que no sabía si la poción revitalizante podía interferir con las pociones que tomaba por el embarazo. Pero solo se despierta para comer y vuelve a quedarse dormida.—
—¿Por qué no la han llevado a San Mungo?—
—No podemos, Dumbledore cree que hay infiltrados en el hospital. Todas las lesiones las curamos nosotros.—
—Pues al parecer no hacen un buen trabajo.— Remus no dijo nada, sabía que Snape estaba nervioso por Alya. Así que no siguió discutiendo con él. El pelinegro acarició suavemente y de forma protectora el rostro de Alya y salió de la habitación. Remus lo siguió hasta su laboratorio, recordaba lo cuidadoso que era el Slytherin cuando se trataba de pociones así que se quedó en la puerta.
—Aunque quisiera hacer esto solo, necesito tu ayuda Lupin. Necesitamos terminar la poción en el menor tiempo posible.— El hombre lobo asintió y durante un par de horas siguió las órdenes que Severus le daba.
—¿Entonces si era necesaria una poción revitalizante?—
—Si. Pero estas pociones tienen ligeros cambios para poder administrarlas a embarazadas.— Cuando entraron al cuarto se encontraron con una despierta Alya quien leía un libro de pociones que Severus tenía en su mesita de noche.
—Tómatelo.— Alya ni siquiera lo pensó, aunque el rostro de Severus demostraba indiferencia ella pudo notar enojo en los ojos de su esposo.
—Estoy bien Severus, un poco cansada y eso es todo.—
—No trates de mentirme, Lupin me ha dicho que has estado así por días.—
—¡Lunatico!— Remus solo se encogió de hombros, ni siquiera notó que Alya había usado su apodo ante Snape.
—No voy a disculparme. Además tienes muchas cosas que explicar.—
—En este momento desearía estar cansada.—
—Lupin no molestes a mi esposa, que seas el padrino del bebe no te da esos beneficios.—
—¡¿Padrino?!— Alya cerró los ojos y esperó a que Remus se sentara, le dio una mala mirada a Snape y suspiró de manera exagerada.
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Compañía silenciosa
FanficAlya Black, melliza de Sirius Black comienza a disfrutar la compañía silenciosa de un Slytherin. Lo que comienza como momentos de silencio en la biblioteca termina con un cambio en la historia de los merodeadores. .......... Es el primer fanfic que...