Narra Jennie
Había pasado una semana desde que _______ llegó a su casa, casi todos esos días he dormido aquí pues ella me pide que lo haga, como esta noche.
Estaba dormida y así seguiría toda la noche probablemente, a no ser por esa presión que sentía en mi entrepierna.
– Mmh... – Gemí inconsciente.
– Amor... – Susurró en mi oído.– Despierta... – Comenzó a dejar besos en mi cuello mientras que con su mano tocaba mi entrepierna por encima de la ropa.– No sabes cuando te deseo... fuiste la última persona que toqué y que me tocó... te necesito... – Hizo presión con su mano.
– ¡Ah! – Gemí bajo y abrí mis ojos. Para mi sorpresa ya estaba mojada, pues sentía mi ropa interior húmeda.
– Déjame probarte con mi lengua de nuevo... – Susurró y bajó sus besos a mis hombros.
– Hazlo... – Dije en voz baja y completamente excitada. Tomé su mano que tenía en mi entrepierna e hice presión yo misma. – Ahh...
Ella me estaba abrazando por la espalda lo cual solo provocaba que me excitara más, pues mi cuerpo hacía contacto con el suyo... me moría por tenerla encima mío sin ropa...
Eché mi cabeza hacia atrás y ella metió su otra mano por debajo de mi blusa, fue directo a tomar uno de mis pechos de los cuales no tenía sostén pues no acostumbro a usar para dormir.
– Hazme tuya... – Dije con la respiración agitada.
Ella también había sido la última persona que me había tocado... en aquellos entonces... ella era tan tierna conmigo en estas situaciones... no sé que le está pasando en estos momentos pero necesito complacerla y que quedé completamente satisfecha.
– Amo que te mojes por mi culpa... – Apretó uno de mis pechos y gemí.– Con palabras te provoco – Quitó su mano de mi pantalón/Pijama, y la puso en mi abdomen.
– No te detengas... – Tomé su mano e hice la metiera debajo de mi pantalón.– Tocame... necesito sentir tus dedos ahora...
– Tranquila... no hemos ni comenzado...
Después de meter su mano por debajo de mi pantalón, sentí como sus dedos pasaron con facilidad entre mis labios vaginales por lo mojada que estaba. Con dos de sus dedos comenzó a masajear lentamente en círculos mi clítoris.
– _______... – Susurré.
– Shhh... – Soltó mi pecho y sacó su mano de mi blusa.– Quiero hacerte mía... – Dejó un beso en mi cuello.– Y aunque quiero hacerte gritar esta noche mientras te paso mi lengua... quiero llenarte de besos y decirte cuanto te amo... pero haré lo primero está vez...
– Ya me voy a venir... – Dije con los ojos cerrados. Sentí un cosquilleo en mi vientre que recorría mi cuerpo y algo que expulsaba por ahí abajo... había llegado a mi orgasmo.
– Amor... – Rió.– Todavía no hacemos nada...
– Pues comienza a hacerlo... – Me volteé y la miré.– Tus dedos ya están listos... – Miré sus labios.– Te doy el derecho a hacerme lo que quieras... – Tomé su mentón.– Mañana cambiaré las sábanas... ¿Verdad? – Mordí mi labio.
– Mañana no podrás hacer nada – Sonrió.– Lo haremos por un buen rato...
– Me encargaré de gemirte todo ese rato – Le sonreí.– ¡Ahh!
_______ metió dos dedos dentro de mi, haciendo que saliera un gemido demasiado fuerte de mi boca lo cual no hizo que se detuviera, si no... todo lo contrario...
Sentir como sus dedos entraban y salían haciendo que salieran cada vez más fluidos de mi me excitaba cada vez más. No solo se sentía bien... también se escuchaba bien. Al mover sus dedos tan rápido dentro de mi, hacía que aquellos sonidos se escucharan tan fuertes y claros que cualquiera cerca de nostras sabría que estaríamos haciendo.
Mientras me retorcía del placer entre sus brazos, ella me besaba en los labios de los cuales yo ya no tenía control. Yo la abrazaba por la espalda y aún sabiendo que podría lastimarla, enterraba mis uñas en ella mientras que gemía repentinamente su nombre y su lengua se apodera de mi boca.
– Quitate... – Dije casi sin aliento.– La ropa... muevelos... – Cerré mis ojos.– Más rápido...
Sentía como tocaba dentro de mi ese punto que me provocaba tanto placer y que solo ella conocía, sus dedos se movían dentro de mi, chocando con mis paredes. Si yo me siento de esta forma... ella debe de estar ardiendo por dentro.
– Ya hasta es molestoso – Dijo mientras sacaba sus dedos de mi entrada y se ponía arriba de mi.
– ¿Qué? – Pregunté con la respiración agitada.
– Lo que estoy sintiendo... – Se quitó la camiseta.– Necesito que sacies estas malditas ganas – Sonrió.
– Soy tuya – Tomé su mano y la jalé hacia mi.– No seas tan brusca, te vas a lastimar.
– No te preocupes – Comenzó a dejar besos en mi cuello.
– Mmh... – Cerré mis ojos.
Comenzamos a desnudarnos poco a poco hasta quedarnos sin nada de ropa. Nunca olvidé lo bien que se sentía que nuestros cuerpos se tocaran... extrañaba esto demasiado, no hablo de esta sensación, hablo de como ella toca mi piel, solo puede hacerlo, no quiero que nadie más lo haga.
– Jennie... – Gimió con su voz ronca al juntar su cuerpo con el mío y rozar nuestras intimidades.
Las sábanas solo cubrían nuestras cinturas hacia abajo, estaba oscuro pues era de noche y ella no paraba de besarme aunque salieran gemidos de nuestras bocas.
No importaba si ya había llegado a mi orgasmo o ella al suyo, simplemente ella no dejaba de moverse y dejar besos en mis labios mientras yo acariciaba su cabello y rasguñaba su espalda. Algo que siempre ha pasado con ella, es que ama que llegue a mi orgasmo... no le importa si ella aún no termina, con escucharme gemir está bien para ella.
– Ya voy a... – Cerré mis ojos con fuerza y la abracé .– ¡Ahh!
– ¿Ya acabaste? – Comezó a dejar besos en mi mejilla.– Todavía no quiero parar, amor...
– No pares... – Eché mi cabeza hacia atrás disfrutando de mi orgasmo.– Te estás volviendo muy cariñosa y estoy disfrutándolo... – Sonreí y abrí mis ojos.– Como en aquel entonces...
– Pudiste haberlo pedido desde el principio – Acomodó mi cabello detrás de mi oreja.– Me encanta que estés en mi cama y que me beses por la madrugada – Comenzó a bajar la velocidad de sus movimientos.– Sé cuanto te gusta que te toque... perdón por no comenzar con besos como antes...
– Te dije que soy tuya – Tomé su rostro.– Le tienes que dar uso a mi cuerpo – La besé.
Por la mañana. Narra _______
Hace tiempo que no dormía así de bien, Jennie y yo disfrutamos demasiado esta noche... nunca la había tocado de esa forma, en aquel entonces aún me invadía la culpa de tocarla. A pesar de que mi cuerpo dolía un poco, el placer era todavía más grande y hacia que olvidara todo lo demás.
Era por la mañana y escuché como uno de los chicos llevó a Jisoo a la escuela... quizás eran las 7:30 am, no lo sé.
Jennie estaba dormida en mi pecho abrazándome y yo solo imaginaba tantas cosas imposibles y absurdas... de esas veces que te quedas mirando un zapato como media hora.
Aquella caja de oro que Jisoo guardo y cuidó mientras yo no estaba, contenía dentro suyo un pedazo de tela que solo contenía dos palabras. "Te amo".
– Te amo... – Susurré inconscientemente.
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¡Solo Son Siete Años! - Imagina con Jennie
FanfictionEres muy joven y lo sabes ¿Verdad?