¡Solo Son Siete Años! - Imagina con Jennie

¿Qué Pasó?

- ¡Jennie! - Grité mientras la movía.

Ella abrió los ojos y me miró, estaba sudada y asustada.

- ¿Qué pasa? ¿Otro mal sueño? - Pregunté mientras ponía mi mano en su mejilla.

- Yo...

Su respiración estaba agitada y poco a poco comenzaba a tranquilizarse, me abrazó al instante y yo hice lo mismo.

- ¿Qué sucede eh? - Besé su mejilla.

- Creo que...

- ¿Qué estabas soñando? - Acomodé su cabello.- Ya es la segunda vez que nos despertamos en la noche ¿Es de lo mismo?

- No... creo que manché tus sábanas - Se alejó de mi.

- No te preocupes - Me levanté.- En un rato comenzará a amanecer, si quieres ve al baño y vuelve a dormir.

- ¿A dónde vas? - Tomó mi mano.

- Me quedaré despierta de una vez... aprovecharé para sacar a pasear a Arceus - Le sonreí.

- Espera, voy contigo - Tomó mi brazo con sus dos manos.

- No dormiste bien ¿Quieres ir? - Agarré su mano.

- Bueno... no quiero ir pero quiero estar contigo - Hizo un puchero.

- Oye, prefiero que te quedes acostada - Me senté a su lado.- Sé que no quieres ir porque tienes frío pero...

- Quédate - Me interrumpió.

- ¿Por qué no vas al baño? - Di un suspiro.- En lo que vas cambiaré las sábanas ¿Segura que la manchaste?

- Mmm... - Levantó las sábanas y miró abajo de ellas.- Yo las cambiaré - Dijo sonrojada.

- Yo lo haré, no te preocupes - Le sonreí.- Ve al baño, le diré a Jinyoung que pasee a Arceus cuando despierte - Besé su frente.- Me quedaré contigo.

- No... vamos... - Hizo un puchero.

- Ve al baño - Reí.

Jennie se levantó de la cama y no muy convencida se fue al baño de mi habitación. Miré la sábana manchada de sangre y la quité en lo que ella salía. En poco tiempo logramos tener mucha confianza, no sé si es porque soy mayor que ella o porque enserio me quiere mucho.

Dejé la sábana en el suelo y tomé otra de mi armario, la negra es linda. Mientras acomodaba todo Jennie salió del baño y me abrazó de la nada.

- ¿Quieres volver a dormir? - La abracé y ella asintió.- Deja término de hacer esto.

- Yo lo hago.

Ella me empujó y comenzó a tender la cama, era tierno ver como quería hacer todo para que yo no hiciera nada pero tampoco era necesario todo esto.

- ¿A qué hora vas a regresar? - Preguntó mientras acomodaba las almohadas.

- Te dije que me quedaría contigo - Respondí mientras la miraba.

- Ve... no dejes de hacer tus cosas por mi.

- No te preocupes, puedo sacar a pasearlo más tarde - Recordé lo de anoche.- Además, quiero estar contigo.

- ¡Ya! Ve... - Hizo un puchero y se sentó en la cama.

- No lo haré - Me senté a su lado.- Estás más feliz que anoche y quiero que lo estés aun más - Le sonreí.- ¿Me vas a correr de mi propia casa? - Acaricié su cabello.

- No pero... no tienes que pensar tanto en mi...

- ¿Por qué no? ¿Tu no piensas en mi? - Tomé su mejilla.