Historia basada en hechos reales (Diferente escenario, diferentes personajes)
– Te miras hermosa – Dije mirando como Jennie se cambiaba de ropa en la habitación en donde solo estábamos ella y yo.– Lo haz dicho eso las tres veces que me haz visto sin ropa... ¿Quieres ver algo más? – Me sonrió.
– ¿Me enseñas? – Sonreí.
Ella se acercó a mi y se sentó en mis piernas de frente de forma que nos mirábamos cara a cara. Ella tenía sus piernas abiertas.
– Tienes suerte que sea el descanso...
Ella traía una blusa puesta más aún no se ponía su pantalón por lo cual estaba en ropa interior arriba de mi.
– ¿Quieres ver? – Preguntó y yo asentí. Ella estiró un poco su ropa interior y me hizo señas para que mirara.
– Mmm... – Sonreí.– ¿Puedo tocar? – Pregunté mientras miraba su entrepierna.– Quiero moverlo...
– Tendrás que esperar hasta llegar a casa... – Me guiñó un ojo.
– No me niegues... – Puse mi mano en su pierna y comencé a acariciarla.– Sé que tu cuerpo quiere... – Puse mi mano en su entrepierna y comencé a tocar su clítoris.– Está muy suave...
– _______.... no... – Cerró sus ojos.– No... – Sacó mi mano de su ropa interior.– Voy a ensucia la ropa...
– Entonces... – Me acerqué a su oreja.– Siéntate aquí... quiero sentir tu cosita en mi boca... – Comencé a dejar besos en su cuello.– No hagas ruido porque nos van a escuchar... y tus gemidos son solo míos... ¿Verdad? – Me puse de pie e hice que ella se sentara en la silla.
– Si... – Suspiró.– Todo lo que estás tocando es tuyo...
– Me alegra oír eso... – Quité su ropa interior y me puse en medio de sus piernas.– Jennie... estás tan mojada... ¿Enserio me ibas a rechazar?
– Hazlo... por favor... – Suplicó completamente excitada.
Pasé mi lengua por toda su entrepierna y ella cubrió su boca con su mano para no dejar salir ningún gemido.
Sentía como mi lengua recorría su entrada y presionaba su clitoris el cual estaba demasiado mojado por sus fluidos que no paraban de salir.
Ella movía su cadera en busca de más contacto y yo se lo daba con tal de complacerla todo lo que quisiera.
Ella solo suele llegar y decir que quiere hacerlo... pero se cuanto ama que le diga cosas al oído mientras acaricio su cuerpo.
Sentí en mi boca como su clítoris comenzaba a agrandarse poco a poco mientras lo chupaba, Jennie estaba volviéndose loca en la silla, notaba que quería gritar y gemir a más no poder pero era algo que no podía hacer, nos escucharían.
– Lame... más... – Dijo con sus ojos cerrados.– Más... – Comenzó a estremecerse en la silla cuando lamí un poco más fuerte su zona.– Así... eres tan... buena... más suave... – Comenzó a gemir.– Rápido... ¡Ah!... Más duro... pero... lento... – Comencé a reír por lo que pedía.
– Haz marcado un poco tu abdomen... – Sonreí.
– Lo hice para ti... Ahh...
– No sabes cuanto amo tenerte en esta posición... – Seguí lamiendo su entrepierna y ella comenzó a tener espasmos.– Pero tendremos que esperar hasta llegar a casa – Me alejé de ella y sonreí.
– Oye... – Dijo con la respiración agitada.– Termina esto... – Frunció el seño.
– Lo haré en casa – Comencé a pasar mi pulgas lentamente por toda su entrada mientras miraba como sufría.– O puedes terminarlo tú...