Todos los días cumplen su némesis.
Pero ése en especial tiene supersticiones.
¿Cuál es la más ínfima para ti, adonis?
¿La mala suerte o aquella que se entrelaza con la muerte?Te hablaré de la mía.
A ti te gusta callar
y yo encuentro una peculiar tranquilidad en las palabras.
¿Podrás mantener la sonrisa hasta el final
o se te esfumará entre las aberrantes líneas que leerás?No te asustes.
De timorato poco posees.
Al protagonista no eres digno de encarnar.
Y un personaje secundario en mi narrativa no puedes representar.
Tu presencia ha sido activa,
de esas que todos se detienen a admirar.No te refundiré al final de un párrafo mal estructurado.
No te dejaré al inicio de un capítulo monótono.
Tu sitio está junto al clímax.
Tú eres aquella explosión de la que salgo ilesa
tras batirme a tiros en una azotea.Western, lo llamaste
e incluso lo adaptaste.
Se te olvidó que no quería ser
sólo la chica que en casa te esperaría.
Necesitaba una mascada americana alrededor de mi cuello
que igualara a la estrella en tu pecho.
Quería un par de botas bien lustradas
y un caballo tan veloz como el que a ti te transportaba.
Anhelaba tu espalda apoyando la mía
mientras nos defendíamos de quien nos hería.Lo único que obtuve de ti
fue una cantina cubierta de paja ahumada.
Una nube del desierto cruzó delante
cambiando la imagen proyectada.
Entonces contemplé el escenario quimérico que me construiste.Habría preferido una distopía
llena de máquinas programadas para perseguirnos.
Me hubiera gustado que me llenaras de un silencio aislador,
pero el ruido a nuestro alrededor nos brindó gestos vespertinos.Me quedé sin mascada, sin balas, sin armas,
sin que fuéramos coprotagonistas de una misma narrativa.
Para mí eras el Lobo feroz, pero yo no era Caperucita.
Para ti fui la princesa encerrada en la torre,
pero tú no eras el dragón custodiándome.
No formábamos parte del mismo cuento.Es por eso que he cambiado las líneas.
Ahora compartimos párrafos.
Hoy te contemplo a través de la ventanilla
y formas parte de la fila.¿Quieres que te escriba una dedicatoria?
¿O te basta con tu nombre en la primera página?Cualquier duda, contacta a mi editor.
Él estará encantado de evitar nuestro amor.
El villano ha cambiado, pero nuestro destino sigue sellado.
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Cenizas y destellos
Poetry«Algunas personas están hechas de destellos. Otras, de cenizas y, después él y yo, que fuimos fuego». Algunas personas son alegres, capaces de compartir ese brillo con quienes los rodean. Otros, son melancolía pura. Dañan la vista, les piden qu...