Octubre 2.0

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Era nuestro mi primer aniversario:
Octubre y yo, reencontrándonos de nuevo.
Te lo conté e incluso me habías abrazado.
Dijiste que no imitabas a nadie,
pero al parecer querías superarlo.
Mi mala época no te pertenece a ti.
Lo lamento, pero hasta para dañarme hace falta talento.

Octubre, te esperaba desde el primer momento.
Planeaba demostrarte que me hiciste crecer a través del sufrimiento.
Pero, ¡oh, mi querido Octubre!, alguien no estaba de acuerdo.

Octubre 2.0, no te detesto.
Esta vez tú no fuiste el culpable,
fui yo la ingenua que intentó ser amable.

Octubre 2.0, esta vez no fue al comienzo.
Quizá pensó que el final sería mejor.
Supongo que quería luces cegadoras
y chispas coloridas para que pudiera ser visto.

Esa sorpresa no la aguardaba.
¿Quién iba a pensar que terminaría traicionada?
¿Quién diría que susurrarían a mi espalda las personas que yo amaba?
¿Viste mi cara?
Corrí a esconderme para no ser juzgada.
¿Sabes en dónde acabé?
En una sala de emergencias a cuatro cuadras.

Octubre 2.0, te quiero,
pero parece ser que estamos malditos
o simplemente yo estoy condenada al exilio.
Le compartimos nuestras penas
y es su problema lo que él quiso hacer con ellas.

Entonces las habladurías que de mí propagaron.
No supe qué pensar y no lo quería dañar,
así que me alejé.
Sin embargo, más molestia provoqué.

Yo no fui la de la promesa de mantener comunicación.
Yo le advertí que me quería ir.
Yo dije la verdad e intenté continuar.
Yo soy la culpable de la marea infausta que no pude controlar.

Antes esperaba que huyeran
y ahora creía en sus promesas pronunciadas.
Pensé que se quedaría, pues dijo que lo haría.
No obstante, al final me dejó sola
y, aunque era lo que aguardaba,
su manera de hacerlo me hizo sentir decepcionada.

Octubre, no fuiste tú.
No en esta ocasión.
Quizá fue la experiencia anterior,
pero tú no causaste aflicción.

Octubre 2.0, no destruiste mi corazón.
Al contrario, me hiciste ver que tenía razón.
Había decidido estar sola
y algunas personas me hicieron dudar,
aunque al final fueron ellas las que me hicieron mal.

Octubre 2.0, él fue quien me apoyó después.
Supongo que deberías saberlo.
Aprovechó el tiempo
y remedió cada acto causado hace un año.

Octubre 2.0, mantuve mi palabra
y no me dejé derribar sin pelear.
Y, aunque lloré en brazos expertos,
también escuché sabios consejos.

Un año ha transcurrido y he (sobre) vivido
Porque dije que siempre contaría conmigo,
aunque crea que lo he bloqueado,
aunque se niegue a contestarme los mensajes,
aunque diga mentiras incansables.
Porque no he olvidado los momentos que me regalaste,
ni siquiera por el daño que provocaste.
Porque te has ido, como siempre te había advertido.
Porque tus miedos e inseguridades,
no son lo que necesito para remediar mis males.

¡Oh, querido y esperado mes de octubre!
¿Quieres, por favor, felicitarme?
¿O piensas que sigo siendo cobarde?

¡Oh, anhelado y preciado invierno!
Recuérdale que lo seguiré queriendo
y adviértele que la madurez le llegará con el tiempo.

La primavera podrá reencontrarme
y espero que se ponga feliz al mirarme.
No hay canciones ni promesas cumplidas,
sólo palabras blasfemadas
que siguen y siguen dañadas.
No obstante, cuando las flores renazcan,
puede que las marcas hayan sido sanadas.

¡Oh, ansiada y exuberante primavera!
Infúndeme las agallas necesarias
para soportar cada una de las estocadas
provenientes de sus emociones no controladas.

No me abandones ahora.
Te lo suplico,
pues aún lloro con ahínco.
Lo intento día a día con esfuerzos ímprobos
y lo seguiré intentando, pero sé mi respaldo.

Octubre 2.0, te quiero y en verdad te lo agradezco,
pues sin ti no sé qué hubiera hecho.
Salir corriendo nuevamente no es opción
y echarme a llorar, no es la solución.

Me construyeron un mundo onírico
y el estruendo de su destrucción
rasgó en miles de fragmentos mi cordura
rompiendo a su paso todas mis ataduras.

Sí, Octubre, no comprendo lo que ha sucedido,
pero sé que no todo está perdido.
Sé que soy fuerte y puedo ser valiente.
Sé que después de ti soy diferente.

¡Oh, estólido y ficticio verano!
Te agradezco la anécdota que me has regalado.
Supongo que el precio fue muy alto
y no pude pagarlo al contado.
Perdón, para la próxima intentaré tener más dinero en el banco.

Octubre, es verdad cuando digo que te quiero.
Me fortaleciste cuando pensé que ibas a destruirme.

Octubre, realmente te lo agradezco
y tras lo sucedido, no me resta más que decirte:
¡Octubre 2.0, te quiero!

Cenizas y destellosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora