Cuando lo leí fui capaz de sentir cada latido.
Hiciste tuyas las palabras que te escribí.
Iba a decírtelo, pero tú ya te habías ido.
Entonces entendí tu comportamiento.
No te gustaban las despedidas
y ésa, era precisamente la mía.
Intenté prevenirlo.
No quería que sufrieras.
Sin embargo, era yo la que debía tener cuidado.Fui a casa y busqué la paz que tanto anhelaba desde tiempo atrás.
No sé qué hiciste tú, pero sé que después contaste mentiras.
Te quería y por eso a ellos no les creería.
Pero, ¿qué haces cuando todos cuentan una historia distinta
de la que tú eres la protagonista?No te busqué, pues te dije que me iría.
Sí, también te advertí que hablarte ya no debía.
Mas lo deseché y ese día te saludé mientras tú me evadías.
Lo justifiqué cuando la puerta abrí y observé el pastel.
Pero tú no tuviste tiempo para hablar.
Me relegaste más allá de un segundo lugar.
Está bien, pero tu abrazo ya no era cálido.
Se sentía frío y lejano.
Me estabas haciendo daño.Te fuiste y tu amigo me demostró más cariño.
Yo fui a casa y platiqué lo bien que me la pasé.
¡Quién diría que semanas después
me enteraría de lo mucho que me equivoqué!
Te coloqué en un sitio tan alto
para que no pudieras ser lastimado,
pero se me olvidó que yo me quedaba abajo
y que a los seres superiores les encanta humillarnos.Te quería tanto que te defendí de sus mentiras.
No obstante, resultó que eras tú quien mentía.
Dijiste que era cansado buscar y no tener respuesta.
En eso concordamos,
pues te busqué una y otra vez
sólo para toparme con pared.¿Qué te hice?
¿Al menos eso puedes decirme?
¿En qué me equivoqué?
Ayúdame a corregir mi error.
¿Por qué no pudiste darme una explicación?
Respóndeme, por favor.Te he escrito a caudales todas mis verdades.
Desde el día en que nos conocimos te di mi sinceridad,
¿por qué me hablaste de reciprocidad?
Te conté de la niñita llorona que soy.
Te dije que sólo buscaba protección.
¿Qué me has hecho?
Respóndeme, por favor.Dijiste que no intentabas imitarlo,
pues te lo concedo, lo has superado.
Ya he llorado por ti más de lo que puedo contar
y tú no me has respondido a pesar de la conectividad.No te esfuerces.
Ya me demostraste que te soy indiferente,
que mis actos fueron en vano,
que soy insuficiente
y el peor ser humano.
Al menos me hubieras escrito para decir que no,
así habría suprimido la ilusión.¿Sabes?
Ella tenía razón.
Los únicos que debían estar conmigo esa ocasión
eran quienes me acompañaron durante mi dolor.
Yo te quería ahí
porque ere(a)s importante para mí.
Pero tu ausencia y lo vivido,
me demostraron que ese nunca fue tu sitio.
Te escribí a pesar de todo.
Mas fui incapaz de ver la realidad.Preguntas son todo lo que hoy me acecha
mientras cada quien vive vidas ajenas.
Está bien, así debía ser.
Eso no elimina que te veía en mi corta existencia,
así que gracias por quitarme la venda.Nos hemos alejado tras ser cercanos.
Es mi culpa, lo sé y siempre con ello cargaré.
Pero las promesas no fueron mías,
ésas tú las pronunciaste.
¿Por qué lo hiciste?
Si hoy vinieras a decirme que todo es mentira,
todavía te creería.
¿Vendrás?
Respóndeme, por favor,
que ya no puedo con el dolor.Eras el fantástico hallazgo de último año,
pero ahora eres el verdadero impacto
que las emociones me ha quebrantado.
¿Algún día me podrás volver a mirar?
Respóndeme, por favor.
¿Cuándo acabaré con el suplicio?
Sé que lo tengo bien merecido
pero, por favor, respóndeme.La culpa es mía por creer en promesas vacías.
Las preguntas me atormentan noche y día,
¿en algún momento pensaste en mí
o siempre fuiste el verdadero egoísta?
Sé que no me querías,
y yo no te quise para que me lo devolvieras,
pero ¿no pudiste tener cuidado?
Respóndeme, por favor.Desconozco la razón
por la que insisto en que me des una respuesta,
cuando tu silencio ya está respondiendo
y la respuesta sigue doliendo.
Pero, aunque pierda la dignidad una vez más,
respóndeme, por favor.
Te lo suplico,
termina de una vez con mi suplicio.
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Cenizas y destellos
Poetry«Algunas personas están hechas de destellos. Otras, de cenizas y, después él y yo, que fuimos fuego». Algunas personas son alegres, capaces de compartir ese brillo con quienes los rodean. Otros, son melancolía pura. Dañan la vista, les piden qu...