Una palabra bastó
para condenarnos a un tiempo bastante atroz.
Ninguno de los dos lo pidió,
pero tampoco a rechazarlo se atrevió.
Supongo que no nos quedaban alternativas
y tuvimos que empezar a sanarnos las heridas.
Es por ello que quizá nos tomó un par de días
juntarnos para hablar sobre la rutina.
Unidos hasta el final quedamos
y, bueno, no podemos quejarnos.
Unidos hasta el final fuimos condenados
y no pudimos estar más desaforados.
El tiempo había transcurrido
y todo parecía ser más nítido.
Puede que ambos estuviéramos exangües
y no deseáramos dañar a nadie.
Unidos hasta el final no nos fue tan mal.
Sólo nos volvimos execrables y un poco lacerantes.
Sólo nos miramos con recelo
y actuamos con excelsa precaución
en un intento de no volver a dañarnos el corazón.
Unidos hasta el final nos enseñó a mejorar.
Sigo pensando que hay cosas fatídicas que se deben abandonar.
Pero cuando dijiste que confiabas en mí,
entendí que a tu lado me debía quedar.
Un agradecimiento me bastó
y ese fue el momento en que el listado comenzó.
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Cenizas y destellos
Poesia«Algunas personas están hechas de destellos. Otras, de cenizas y, después él y yo, que fuimos fuego». Algunas personas son alegres, capaces de compartir ese brillo con quienes los rodean. Otros, son melancolía pura. Dañan la vista, les piden qu...
