¿Recuerdas los susurros?
Ahora se han convertido en gritos.
Las líneas son más largas y rojas.
No eres tú quien lo provoca,
pero soy yo quien lo goza.
Antes solía huir de sus garras,
pensaba que me lastimaba,
pero, en realidad,
sólo intentaba quererme.
Había un monstruo persiguiéndome
y yo escapaba de él con desesperación.
Ahora me he percatado que nunca existió,
que, al pasar por un túnel oscuro,
el papel se invirtió.
Ahora el monstruo soy yo
e intento alcanzarme
antes de que se atrevan a destrozarme.
No obstante, siempre llego tarde
y a mi versión amable,
ya le han hecho cosas desagradables.
Durante tanto tiempo escapé de mí misma,
de mi versión perfeccionista,
sólo para mantener todo en armonía.
Me asustaba del monstruo que me perseguía
que no tuve tiempo de ver su agonía.
Ahora el monstruo soy yo
y todo lo que pido es protección,
pero los monstruos causan terror.
Nadie quiere verme.
Me juzgan por atroz.
Ahora el monstruo soy yo
y me he quedado sin tu amor.
ESTÁS LEYENDO
Cenizas y destellos
Poesia«Algunas personas están hechas de destellos. Otras, de cenizas y, después él y yo, que fuimos fuego». Algunas personas son alegres, capaces de compartir ese brillo con quienes los rodean. Otros, son melancolía pura. Dañan la vista, les piden qu...
