Lanza La Moneda [Traducción]

26: Hurto al Hokage.

Naruto esperó a que las calles se vaciaran, las tiendas cerraran por la noche y la gente regresara a casa con su familia. Era el mejor momento del día para pasear por Konoha, cuando no había nadie más que lo molestara.

    La Torre Hokage tomaría más tiempo para calmarse, ya que siempre había gente entrando y saliendo, crisis de las que ocuparse, mensajes que transmitir. 

    El último en irse era siempre el Hokage, cuando no dormía allí en su oficina. Naruto esperó una pausa en la actividad del área y se coló dentro del edificio.

    No sabía si todavía era talentoso en esto, no había entrado en la Torre durante años. Sin embargo, era mejor no ser visto, era un hábito más que nada. Si no lo veían ni lo escuchaban, si nadie sabía que estaba aquí, podía moverse libremente.

    Podía escapar del insoportable peso de su atención.

    Había pasado un tiempo, pero seguía siendo igual de fácil subir los pisos sin ser visto. No quedaba mucha gente para vagar por los pasillos y se sabía este edificio de memoria. 

    Hizo un trabajo rápido para llegar al piso del Hokage, todo el camino hasta la cima. La biblioteca estaba situada a unas pocas puertas de la oficina del Hokage, con solo un chūnin para hacer guardia según Mizuki, y un sello lo suficientemente fácil de romper. 

    Naruto se había hecho el tonto cuando el hombre le explicó brevemente qué era un sello de bloqueo y cómo atravesarlo. No estaba dispuesto a anunciar su incursión en el fūinjutsu.

    Se acercó a la puerta de la biblioteca y pasó junto a ella.

    El Hokage estaba sentado en su escritorio, como se predijo. ¿Alguna vez se levantó? Quizás en realidad vivió allí. Tal vez se había fusionado con la silla y solo podía moverse girándola.

      —Hola, viejo.

    No parecía particularmente feliz de verlo, pero, de nuevo, nunca parecía feliz por nada.