CAP 12: "Cacheteando a Cornamenta y Colagusano"

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Hola gente, espero se encuentren bien, les dejo el siguiente capítulo, que lo disfruten. Cuidense y gracias por leer.

Papá y yo nos sacudimos lo más que pudimos, yo me quede acostada en la cama de Peter, Remus en la de Sirius y Teddy en la de papá, platicamos un rato entre nosotros tres y después de como 2 horas Sirius comenzó a despertar, al parecer no le di tan fuerte. Despertó confundido, aturdido y con dolor de cabeza, era de esperarse del golpe que les di, se levantó se llevó una mano a la cabeza y otra al mentón, donde yo le había puesto el puño, noto que había algo pegajoso en su mejilla y fue cuando empezó a preguntarnos.

SB: ¿Qué paso?

S: ¿Qué es lo último que recuerdas?

SB: Que Remus y tú llegaron, de ahí en más todo es borroso. ¿Por qué tienes la mano vendada?

R: Por la misma razón por la que estabas inconsciente y por la misma que ella te puso miel el en mentón.

T: Mi leona los dejo inconscientes a los tres, un golpe a cada uno y los tres cayeron como robles viejos.

SB: ¿Y porque la miel?

S: Mi mano estaba tan caliente que en el golpe que les di, los queme, encontré miel en la mesa de Peter, así que les puse para aminorar la quemadura, pero puede que les quede un muy buen moretón.

SB: ¿Y porque la cobija de James esta achicharrada?

T: Con eso pude abrazar a mi enana para calmarla sin quedar como chicharrón.

Tome una de las varitas que había en la habitación y conjure el hechizo reparador y la cobija volvió a su estado normal, después, Sirius se fue a bañar para quitarse la miel. Al salir este del baño, salió con una toalla amarrada a la cintura, obviamente en cuanto se abrió la puerta del baño yo me tape los ojos por instinto.
SB: Se me olvido la ropa.

Remus, Teddy y Sirius se reían de mi cabello que estaba naranja, tenía vergüenza, aunque no viera nada, y no quería ver.

SB: Teddy el cabello de tu hermana esta naranja, ¿qué significa?

T: Pena o vergüenza.

Volvieron a soltar algunas carcajadas, sentía el rostro caliente, estaba comenzando a sonrojarme, yo era muy penosa mientras no estuviera bajo el efecto de mis cigarrillos.

S: ¿Ya puedo ver? –Pregunte con una voz aguda en la que se notaba mi vergüenza.

R: Ya pequeña, Canuto ya se metió al baño.

Me quite las manos de la cara, pero estaba tan roja que se volvieron a reír de mí, era bastante penoso, hasta que Remus se acercó a mí y me abrazo, me escondí en su pecho mientras se recostaba en la cama sin dejar de abrazarme, mi cabeza quedo posada en su pecho, el acariciaba mi cabeza con la intención de calmarme y lo estaba logrando, mi cabello volvió a ser negro igual que la noche.

SB: Lo lamento peque. –Dijo saliendo del baño. Con una toalla se secaba su largo cabello azabache, por un momento ni si quiera lo vi, cuando me dispuse a contestarle, lo vi y no pude evitar pensar que estaba guapo, porque si lo estaba gente, créanme que si lo estaba.

S: No te preocupes, gracias a Merlín me pude cubrir los ojos antes de que salieras. A propósito, no es por ser entrometida ni nada, pero ¿no alcanzaste a ver qué decía la carta de James?

SB: No mucho, solo vi que decía algo de irnos mañana terminando clases.

R: Hay no. –Dijo y note la preocupación en su voz, esto complicaba las cosas de una manera increíblemente grande, estábamos nosotros aquí, mañana habría luna llena y era obvio que algo teníamos que hacer con la reunión.

Un giratiempo, cuatro merodeadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora