Hola mi gente, espero que estén bien. El capítulo 19 ya está aquí, lamento haber tardado pero estaba en mis finales de semestre y ando cansadísima así que por más que quisiera me costaba mucho escribir, ya tenía una parte de este pero ni para una muela picada. Bueno, los dejo que lo lean. Ojala les guste y cuídense. Gracias por leer.
Después de pasar como una hora bajo la calma y serenidad del bosque me fui de nuevo a la casa, caminando entre los frondosos árboles de la copa de uno escuche el canto de un pájaro, tan dulce y tan melódico aquel canto, di un paso más, una rama crujió bajo mi pie y aquel canto se esfumo, había espantado a aquella avecilla o a aquel ruiseñor.
Al salir del bosque una imagen familiar se posó frente a mí, el pequeño pajarillo que antes se había posado sobre mi pierna, había caído a mis pies con una de sus alas cubierta de sangre, estaba herido y no podía volar, tuve el mayor cuidado que pude y lo tome en mis manos.
Cuando entro a la casa apurada solo consigo pensar en el botiquín que Ted había dejado en la encimera de la cocina, al entrar en ella me encuentro con dos caras que no había visto a lo largo del día.
SB: Hey pequeñ...
Dejo la frase al aire al verme completamente distraída mientras pasaba a su lado, tomaba el botiquín y salía de ahí, me fui a la habitación de esta mañana a curar al pequeño pajarillo.
Al entrar al cuarto, directamente entro al baño, dejo el botiquín sobre el excusado y me dispongo a lavar el ala del pequeño animal, esa pequeña criatura cabe en una de mis manos y en todo momento me permitió lavarlo y no se movía tanto, como si supiese que lo quería ayudar, yo solo cuidaba que siguiese respirando.
Cuando quita por completo la sangre vi que su ala estaba rasgada de par en par pero en su hueso no tocaba fractura alguna así que no le puse alguna tablilla a forma de férula, solo coloque gasas, un poco de algodón y vende lo mejor que pude cortando una venda a la mitad y usando solamente con un cuarto de una venda, un pequeño pajarillo me obligaba a usar cosas en pequeña cantidad, igualmente no use más de una gasa eso ténganlo por seguro, mientras recogía todo puse al animalito en el suelo sobre una toalla enrollada.
T: Siempre has sido buena con los animales, tienes un corazón gigante.
Vi a mi hermano recargado en el marco de la puerta mientras cerraba el botiquín.
T: Curaste muy bien a este amiguito. -Dijo mientras se sentaba frente a la toalla donde estaba el pajarito.
T: Hola pequeño, parece que ya encontraste casa nueva y una nueva mamá.
Teddy acariciaba a la pequeña criatura y esta disfrutaba del suave tacto que le proporcionaban las manos de mi hermano, con el botiquín sobre mis piernas me dispuse a ver la tierna escena que se presentaba ante mis ojos, mi hermano sonreía inconscientemente al ver al pajarillo tan tranquilo y sumiso y yo me grababa esa escena para guardarla en un baúl bajo llave en mi memoria.
T: ¿Qué le sucedió? -Me pregunto sin mirarme.
S: En un principio se acercó a mí y me dejo acariciarlo, luego se fue volando. Pero cuando volvía este cayó en mis pies herido y lo traje. -Mi contestación fue fría, más de lo habitual.
T: Hiciste bien.
S: Mhm. -Me limite a darle un sonido como contestación y me fui de ahí, a dejar el botiquín a donde lo había encontrado.
¿Por qué me tenía que encontrar con ella en ese momento?
EP: Oh, hola querida.
S: Buenos días. -Dije mientras agachaba la mirada y terminaba de bajar las escaleras. No quería ser fea con ella pero no lo podía evitar, menudo problema en el que estaba.
ESTÁS LEYENDO
Un giratiempo, cuatro merodeadores
Science FictionSam Lupin, melliza de Teddy Lupin, sufre una broma de James Sirius Potter al este sabotear su giratiempo y al momento de usarlo termina en 1976 con los merodeadores en una temporada de bromas, preguntas, risas y aventuras en lo que encuentran como d...