CAP 38:"Domingo de waffles"

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Hola gente, espero se encuentren bien. Les traigo otro capítulo por estas semanas que estuve de vacaciones. Como les comenté, estoy alargando más los capítulos así que tenganme poquita paciencia.

Ya se la saben, gracias por leer, espero les guste y cuídense, nos vemos en la siguiente actualización.


Sirius Black

Domingo temprano, me levanto rápido, y aun descalzo corro escaleras abajo y los veo dormidos. Por un momento llegue a creer que estarían despiertos y bromeando de alguna tontera que haya hecho Teddy para hacerla reír y que olvidara su sufrir. Creo que verla en ese estado cada vez me consumía más, no han pasado ni dos días y estoy desesperado, tiene que despertar, no puede mo...

(Perro tonto, no pienses eso, ella despertara y te pateara el trasero como suele hacerlo desde que llego aquí).

Mis pensamientos tenían razón, aunque no me molesta que me pateen el trasero y menos si es ella, porque cada que lo hace me enseña y no vuelvo a tropezar con el mismo tronco.

(¿Si era tronco o era piedra?).

Bueno, se entendió (espero).

Me acerco a ellos, Ted sigue durmiendo plácidamente mientras sostiene la mano de su hermana, y me sorprende ver a la mini-Lupin con únicamente las raíces de su cabello blancas, el dolor había bajado increíblemente durante la noche y eso me alegraba.

Sin querer y sin percatarme, sonreí ampliamente ante la situación, deseé con todo mi corazón que no pasara más tiempo para que Sam despertara y que Teddy tuviera menos dolor y menos preocupación a por su hermana.

(Eso no va a pasar).

Me reí un poco dándome la media vuelta para vagar por el pasillo hasta llegar a la cocina, conocía tan bien esa casa, que hasta con los ojos cerrados podría dar con cualquier lugar u objeto que me pidieran.

(Y eso gracias a James y a su familia).

La relación con mi familia no era nada buena, menos si hablábamos de mi madre, yo era su decepción solo por no haber llegado a Slytherin, en cambio Regulus era su vida, hasta si mataba a alguien ella lo festejaría, por eso mismo James me traía a pasar vacaciones a su casa y desde que estábamos en primer año Los Potter me adoptaron como parte de su pequeña y sincera familia. Aquí tenía mi propio cuarto, mis cosas estaban siempre en donde las dejara, y podía comer en la mesa con ellos y platicarles de mi día, creo firmemente en que esa sí es una familia, no como la mía; cada que me encontraba en casa, mis cosas se iban a la basura, no me dejaban comer ni las sobras y ni hablemos de que me dirigieran una sola palabra, porque ni si quiera me miraban, era tanto su odio que estoy seguro de que a este punto ya me han borrado del árbol de la familia Black. Cada que podía les traía regalos a los señores Potter y ayudaba a James a pasar las clases que se le dificultaban, aunque a mí también me fueran casi imposibles, era mi forma de pagarles toda su amabilidad y todo el cariño que me daban, y ni hablar de la deliciosa comida de la señora Potter, inclusive había ocasiones en que me dejaba cocinar con ella.

(Desearía que ella fuese mi madre).

Entro a la cocina y comienzo a maquinar en un desayuno que pueda hacer para todos y recuerdo la receta de waffles que me enseño la señora Potter y puse manos a la obra, así tendría el almuerzo listo para cuando los demás despertaran.

...

Es cierto que no soy el mejor en la cocina, pero con las recetas de la tía Phemia era como si llevara toda mi vida cocinando, eran tan fáciles de llevar a cabo, aunque la gente dijera que eran complicadas, ella las hacía ver tan sencillas que mi mente decía que era pan comido y lo hacía muy fácilmente, y esta no era diferente.

Un giratiempo, cuatro merodeadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora