回復 - recuperación

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Debe tenerse debidamente en cuenta que hay cosas en las que las personas son buenas y cosas en las que la gente no puede ser buena sin importar cuánto lo hayan intentado.

Por ejemplo, Shota Aizawa era un cocinero increíble, un maestro cariñoso y un pilar que contribuyó a la justicia que da a la sociedad de héroes. Pero probablemente era el cuidador más protector y aprensivo que jamás haya caminado sobre la tierra. 

"Shota, estoy bien, en serio." Suspiré, inclinando mi cabeza hacia atrás contra su sofá, mirando hacia el techo.

"Siempre dices que estás bien." Murmuró sosteniendo, otra, almohada demasiado mullida en sus manos. 

"Eso es porque estoy bien, Shota." Reí suavemente, mirando al héroe Erasure, quien se paró a mi lado con una mirada muy disgustada e insatisfecha. 

"Eres insoportable." Bufó, arrojando la almohada al final del sofá antes de dejarse caer junto a mí. Resoplé ante su comentario mientras él descansaba su cabeza sobre mi regazo, recostándose y mirándome con ojos cansados. Sus ojos siempre estaban cansados. Sonreí, pasando delicadamente mis dedos por su cabello negro y desordenado. Había pasado una semana desde el accidente y Shota me había estado mimando de pies a manos, todas las horas que estaba despierto. Entre sus períodos de enseñanza en la UA, se acercaba a su apartamento para cuidarme. No puedo imaginar lo agotador que es eso. "¿Estás segura de que estarás bien durante un par de horas?"

"Si, Shota." Sonreí, "Estaré bien mientras terminas tus clases, hablando de eso, ¿no está casi terminando tu hora de almuerzo?" Pregunté, a lo agitó una mano frente a su rostro.

"Mic enseña inglés después, así que tengo algo de tiempo." Respondió, estirándose para alcanzar mi nariz y pellizcarla. "Además, no me iré hasta que comas el almuerzo que te hice." Exigió, y me alejé de su toque con una mueca. "No estás comiendo." Dijo sin rodeos. Fruncí el ceño ante sus palabras. No estuve comiendo, es verdad, pero no porque no quiero. Es simplemente porque no puedo encontrar en mí el comer. Pierdo mucho la noción del tiempo, algo que me ha estado sucediendo desde el incidente. Me encuentro mirando los platos de comida durante segundos, minutos, horas a la vez. El tiempo parece pasar mucho más rápido ahora y no puedo evitar sentir que me estoy perdiendo. 

"Simplemente no tengo hambre." Mentí, inclinándome y presionando mis labios contra su frente. Shota refunfuñó, pellizcándome la nariz con fuerza, lo que me hizo chillar. 

"No me mientas, (t/n)." Aparté su mano de un golpe, entrecerrando los ojos ante su propia mirada de enojo. Los oscuros círculos debajo de sus ojos me aburrieron y solté un poco de aire rodando los ojos.

"Bien, bien." Me rendí, tomando mi plato que había sido abandonado a mi lado. Ruidosamente, le di un mordisco a la mitad del sándwich que Shota me había preparado, masticando lentamente mientras él me miraba con atención.

"Es tu favorito, ¿no?" Preguntó con preocupación en su rostro. Se veía preocupado todo el tiempo, sus cejas se fruncían la mitad de día por mí, y la otra mitad por su clase. Me pregunto dónde encontrará la energía para dividirse entre los dos. Realmente debe amar a ambos. Sonreí, moviendo su frente.

"Si." Respondí, tragándome el bocado, "Te lo agradezco."

"Pffft. Deberías." Refunfuñó, girando su rostro para que su nariz se presionara contra mi estómago. "La mermelada de arándanos es extremadamente difícil de encontrar aparentemente." Dejé escapar una pequeña risa por su disgusto, mi mano libre dando palmaditas en su mandíbula. 

"Mi héroe." Bromeé, mis dedos recorriendo su barba negra. Sonrió diabólicamente, levantándose lo suficiente para poder alcanzar mi rostro. su mano se deslizó alrededor de mi mejilla y me dio un beso gentil y suave. Mis ojos se abrieron, pero pronto me sentí sonreír contra él mientras profundizaba nuestro beso. Shota Aizawa. Cómo me sorprendes más y más cada día. Dejé la comida a ciegas en mi plato mientras mis manos encontraban su camino hacia su pecho. Extendí las palmas contra su camiseta negra, mis dedos apretaron suavemente la tela en un puño cerrado mientras él acariciaba amorosamente mi mejilla antes de alejarse y mirarme.

"¿Vas a estar-."

"Estaré bien, Shota." Lo detuve, picoteando sus labios una vez más mientras éstos se fruncían. Nunca tuve a alguien preocupándose tanto por mí. Era algo casi agradable.

"Puedo llevarte con un amigo o-." 

"Prefiero estar aquí, esperando por ti." Sonreí cálidamente, mi mano metiendo su cabello negro detrás de su oreja. En el pasado, siempre que estaba enferma, lo trataba por mi cuenta. Compraba medicamentos, controlaba mi temperatura y me iba al médico. Pero ahora, tenía a alguien tan impresionante como Shota. Siempre se aseguraba de que tuviera todo lo que necesitaba, constantemente me recordaba qué dosis de pastilla debía tomar, me duchaba con cuidado. Y lo hace tan casual. Como si esto fuera normal para él. Todo el tiempo, lo observaba con asombro detrás de tonos rojos nerviosos y ojos recién nublados. "¿Te he dicho alguna vez lo increíble que eres?"

"No me importaría escucharlo de nuevo."

"Eres increíble, Shota Aizawa."

"Y tu me haces de esa manera (t/n)."

"Tengo ese efecto en muchas personas." Molesté. Shota enarcó las ceja, tirando de mis labios contra los suyos, mientras su mano serpenteaba por mi camisa, su toque recorriendo la parte baja de mi estómago. Tarareé en su boca  la par que su lengua se deslizaba dentro de la mía. Sentí un calor subir por mi cuerpo, uno que no había sentido en mucho tiempo, uno que me recordó a tiempos más simples con el siempre-misterioso Shota Aizawa. Sus dedos se mueven cautelosamente hacia abajo, enganchándose en la cintura de mi pantalón.  Mi respiración se atascó en mis vías respiratorias cuando su gran mano libre se envolvió suavemente alrededor de mi garganta, sosteniéndome firme. Sus labios se separaron de los míos, un solo hilo de saliva uniéndonos mientras él dejaba escapar un suspiro suave. Moví las caderas dolorosamente tratando de ahogar la sensación que me abrumaba

"¿Te gustaría que te demuestre el tipo de efecto que tienes en mí, (t/n)?" Preguntó con esa voz lenta y monótona suya, haciendo que mis mejillas se sonrojaran. La sensación que me dio podría compararse mejor a ser golpeada por un tren bala en llamas. Mi cuerpo se sentía más lisiado que antes, a pasar de que me olvidé por completo de estar realmente lisiada en ese momento. Me sentí tan indefensa bajo su agarre, sólo con unas simples palabras. Si pudiera sentir las piernas, estoy bastante segura de que temblarían por la forma en la que sonaba.

Supongo que esto es lo que significa estar caliente.

Su mano se metió dentro de mis bragas mientras sus largos y fríos dedos se sumergían en mi propio calor, justificándome para dejar escapar el gemido más pequeño e insatisfactorio. Shota sonrió de lado, retrayendo su toque y soltando su agarre en mi garganta mientras se levantaba para irse. Me sentí como si hubiera estado sentada al sol durante años y Shota me estaba tentando con gotas de agua en lugar de darme todo el tinglado. Mis cejas se fruncieron por la molestia. Y eso me cabreó un poco. No me gusta ser tentada. Me gustaba ser la que tentaba. Sin embargo, mi corazón se sintió un poco más ligero, en medio de mis hormonas enloquecidas y mi deseo de hacer que Shota gimiera mi nombre, las cosas se sintieron un poco más normales por una vez. Las cosas se sintieron igual. Y extrañaba eso.

"Regresaré después del último periodo, si necesitas algo sólo llámame."

"Lo haré."

"¿Lo prometes?"

"Con el meñique, Shota." Asentí, mientras se inclinaba, presionando un ligero beso en la parte superior de mi cabeza. Suspiró, agarrando su arma de captura y envolviéndola alrededor de su cuello mientras me miraba por encima del hombro.

"Movería cielo y tierra para llegar a ti, (t/n)." Sentí un temblor atravesar mi pecho mientras mi corazón voluntariamente se saltaba un jodido latido. Parpadeé ante sus palabras, nuestros ojos se encontraron momentáneamente antes de que él hablara de nuevo,

"No dejaré que te vuelva a pasar nada malo nunca más."

Erase Her ゾごホ (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora