日の出 - amanecer

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Shoto Todoroki.

Nunca nos hemos conocido, pero siempre te he visto deambulando entre la multitud de la cafetería durante el almuerzo. Por supuesto, siempre he hecho un esfuerzo adicional para asegurarme de que nunca entremos en contacto. Porque conocerte sería horrible. Todo lo que podía imaginar era que me menospreciaras como lo hace nuestro padre. Como si fuera basura.

No estoy segura de por qué pensé que dolería más de lo que normalmente me trata nuestro padre, pero estaba completamente aterrorizada de que me vieras como si fuera inferior. Tal vez porque si lo hicieras, entonces sabrías que siempre he estado realmente sola en éste mundo. Y eso es mucho para el corazón de alguien.

Aislamiento. Me acostumbré a eso. Pero había una pizca de esperanza, una pequeña llama parpadeante que se encendía dentro de mí, de que tal vez algún día alguien me sacaría del oscuro abismo en el que me había arrojado. Finalmente, alguien hizo algo bastante similar. Shota Aizawa. No extendió una mano para sacarme de mi propia desesperación, sino que me dijo que me levantara. Así que me curé. Me curé y reforcé mis paredes.

Entonces, puedes imaginar mi incomodidad cuando Shoto Todoroki apareció en mi puerta para hablar sobre ser 'hermanos' y no dejar que nuestro padre arruinara nuestras vidas. Aterrorizada. Estaba aterrorizada. Retorciéndome de miedo porque lo que quería que sucediera, lo que deseaba, finalmente estaba aquí. Una familia. ¿Y cómo se toma eso alguien que ha aceptado su abandono?

Algunos dicen 'el tiempo curará todas las heridas'. Pero como alguien que ha pasado la última década de su vida llena de odio a sí misma y oscuridad, puedo decir que eso no es cierto. La gente le da a los demás la fuerza para curarse a sí mismos. 

Abrí los ojos y volví la cabeza hacia un lado para mirar al durmiente Aizawa. Una vista rara, de hecho. Normalmente, el hombre se movía bastante mientras dormía, siempre despertaba a horas extrañas sin explicación. Pero a esa hora, cuando el sol salía de sus profundidades y se enroscaba en su dormitorio, ahí era cuando siempre dormía. Sus labios se separaron mientras el aire entraba y salía a un ritmo suave, su cabello negro cubría la mitad de su rostro (algo que no puedo imaginar en lo más mínimo cómodo), la barba en su barbilla que (yo había llegado a amar) se convertía en más de una sombra de las 5 en punto cuanto más demorara en afeitarlo. Sonreí, viendo los ojos tono anaranjados por el amanecer bailar a lo largo de su piel pálida y desnuda, sus cejas fruncidas juntas ante el menor indicio de luz.  ¿Por qué era tan perfecto?

"¿No puedes dormir?" Su voz monótona me sobresaltó, sus ojos aún estaban cerrados con fuerza, sus labios presionándose uno contra otro brevemente antes de bostezar.

"Tal vez." Tarareé, todavía tratando de respetar el descanso del hombre privado de sueño, ya que era una rareza. Fruncí los labios, moviendo mi cuerpo hacia un lado y colocando delicadamente cada una de mis piernas hacia abajo para evitar cualquier choque entre ellas. Ahora estaba cara a cara con el hombre algo despierto, su nariz se movió cuando un pequeño mechón de mi cabello (c/p) le dio cosquillas en la piel.

"Estás pensando en lo que dijo Shoto, ¿verdad?" Preguntó, el único ojo que pude ver finalmente se abrió, por lo que fijé la mirada en su iris oscuro. Fruncí el ceño.

"Tal vez." Repetí, levantando una mano para cepillar su cabello negro hacia un lado así poder tener la vista completa de Shota Aizawa despertando un domingo por la mañana. Sus ojos cayeron, volviéndose ligeramente entrecerrados, su molestia por mis vagas respuestas se hacía muy evidente. Suspiró mientras descansaba mi palma contra su mejilla, admitiendo una pequeña derrota de que no sacaría mucho de mí y cerrando sus ojos una vez más.

"Es necesario tomar unos riesgos, (t/n)." Dijo sin rodeos a la par que acariciaba su rostro reconfortante. Dejé escapar un bufido ante sus palabras a lo que no muy contento abrió un ojos. "El chico necesita a su hermana," La aspereza en su voz sonaba un poco más sexy mientras me sermoneaba, "Al igual que la niña te necesitaba en ese centro comercial." Me estremezco ante su fraseo, dejándome caer de espaldas con los brazos extendidos hacia arriba, mis dedos estirados frente a mi cara mientras inspecciono las quemaduras alrededor de ellos.

"¿Qué si me miran como si fuese un monstruo?" Susurré, mi mirada recorrió las huellas de color rojo oscuro en mi piel. "Estoy segura de que alguien ya les ha contado su versión de mi historia."

"¿Y qué si lo hicieron?" Shota preguntó, sus brazos se envolvieron alrededor de mi torso y sus labios presionaron el costado de mis hombros al hablar. "Son tus hermanos, llegarán a conocer los secretos más oscuros que llevas y aún te amarán por ello." Su agarre se apretó, sus dedos se hundieron en mis caderas. "Como yo lo hago." Sentí mis propios ojos suavizarse mientras sonreía para mí misma. Shota besó mi piel, imitando algo sobre cómo las mañanas eran su enemigo número uno y por qué no pudo haber tenido un quirk para borrar el sol en su lugar, pero sólo escuché el himno que proporcionó su voz baja y cómo el sonido me recordó al de un pincel en las teclas del piano. Una sensación me hizo querer acurrucarme en su pecho y dejar que me hablara con los temas más aburridos.

"Eres muy bueno, Eraserhead." Dije por lo bajo, sus quejas cesaron cuando levantó la cabeza para mirarme.

"¿Eh? ¿Eraserhead? ¿Desde cuándo me llamas así?" Preguntó, descansando su rostro contra mi omóplato.

"Ahora." Me reí, mientras me miraba a través de un flequillo negro.

"No uses mi nombre de héroe, es... Raro."

"No usé tu nombre de héroe."

"¿Eh?"

"Si te llamara por tu nombre de héroe, hubiera dicho 'Shota Aizawa'." Sonreí, observando al hombre que me veía atentamente." "Porque eso es lo que tu eres," Cerré los ojos, apoyando mi cabeza en la almohada mullida debajo mío.

"Un héroe."

Erase Her ゾごホ (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora