Es extraño que todo el mundo piense que estás muerta.
Me apoyé contra el árbol a mi lado, sintiendo la madera presionando contra mi piel fría y congelada, recordándome a mí misma que, en efecto, todavía estaba viva.
De alguna manera.
Dejé escapar un suspiro, acomodando la mascarilla que cubría la mitad inferior de mi rostro y ocultaba mi identidad, mientras observaba una multitud de personas vestidas de negro rodeando un ataúd vacío.
Sí, estoy viva.
Entrecerré los ojos a la multitud, seleccionando las conocidas cabezas que me daban la espalda. Toda la clase 1-A estaba ahí, mis medios hermanos, mis amigos. Todos asistieron a un hermosos servicio que había sido organizado en el último minuto posible por una Fuyumi frenética y absolutamente desconsolada, que acababa de conocer a su media hermana hace menos de una semana sólo para enterrarla hoy.
¿No es eso horrible?
"Smokes." Su voz me sobresaltó al oírlo, mirando por encima de mi hombro para ver a Dabi, que estaba sentado en una lápida detrás de mí. Las nubes oscuras en lo alto rodaban más rápido, cubriendo todos y cada uno de los rayos de luz solar que se atrevían a asomarse. Era casi como si incluso el dios del mundo estuviera decepcionado por el giro de los acontecimientos que mi vida había tomado. Y yo también lo estaba.
Me disparó el asesino de mi madre y casi me consumieron las mismas llamas que se la tragaron por completo. Al final, fue mi propia culpa, hurgando en agujeros oscuros que no debería haber estado mirando, me advirtieron. Fui advertida muchas veces y aún así insistí. Así que aquí estoy ahora, muerta pero no muerta.
Sólo porque ha sido Dabi, mi medio hermano, quien me sacó del fuego que casi me quita la vida. Quemó su propia carne, algo a lo no era nuevo en él, solo para caminar a través del fuego del infierno que me robaba y sacarme de él. Lo hizo desde las sombras, luego de que las llamas se habían vuelto más grandes y altas que Shota se vio obligado a moverse, permitiendo que Dabi entrara y saliera sin ser visto.
Bueno, casi.
Un tal Mirio Togata lo había atrapado mientras me llevaba por el bosque que rodeaba mi vieja casa. Al parecer, no me habían seguido dos chicos preocupados, sino tres. Y cuando el rubio me descubrió en los brazos de alguien que parecía menos caballeroso, entró en pánico tratando de sacarme del agarre de alguien que estaba tratando de protegerme. Porque ante los ojos de Mirio necesitaba un hospital, y bueno, lo hacía.
Pero Dabi tenía otros planes.
Dabi, un asociado de la liga sin el conocimiento del inocente Mirio insistió en que nuestra conexión de sangre era legítima y que necesitaba estar escondida del mundo por un tiempo. Porque mi asesino no descansaría hasta que yo estuviera muerta. ¿Y si no estuviese muerta? Me perseguirían hasta que este escenario se repitiera una y otra vez hasta que diera mi último respiro.
Según Dabi, Mirio fue terco y cauteloso, no me dejaba ir sin una pelea adecuada. Pero al final solo tenía una opción, mientras yo estaba rota y sangrando en los brazos de mi medio hermano, necesitaba dejarme ir.
Al menos por un tiempo.
"¿Disfrutando tu funeral?" Preguntó Dabi, devolviéndome a la realidad, un cigarrillo colgaba de su comisura, levantando una ceja interrogante.
'Estoy viva,' Me recordé, presionado mi piel contra la corteza del árbol en el que me apoyaba un poco más fuerte.
No respondí a la pregunta de Dabi, sólo volví mi atención a la multitud que estaba delante de mí, de espaldas, inclinado la cabeza mientras escuchaban las amables palabras que Natsuo podía reunir. Después de todo me había conocido una vez, así que, ¿Qué podía decir?
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Erase Her ゾごホ (Español)
Ficção Adolescente"... Ambos queremos la misma cosa." "¿Qué es?" "Una distracción." ____________ Ésta historia es original de @JojoWritesx, cuento con su consentimiento para hacer ésta traducción, así que todos los créditos van dirigidos a su persona.