約束する - promesa

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Los humanos son la especie más peligrosa que asola este planeta.

Ellos están desesperados. Pasando por las profundidades más oscuras de los lugares más aterradores, raspando el fondo de los barriles más profundos si es necesario, por amor. Por pasión.

Pero, ¿cómo podría una raza tan necesitada ser la más peligrosa?

Bueno, déjame decirte.

Se cree que los animales salvajes y otros tipos de especies sólo atacan porque son sus instintos primitivos el hacerlo. Para defender su territorio, sus crías, ellos mismos. 

La investigación en esto es; si crías a un león desde que nace con el toque compasivo de un humano, si les enseñas desde pequeños a no temer a los extraños, no actuarán como los leones que merodean por la sabana. Sus acciones reflejarán algo parecido a un perro, algo más domesticado.

Incluso el depredador más aterrador puede convertirse en otra cosa.

Porque, ¿animales? No nacen malvados.

Pero, ¿humanos?

Los humanos pueden nacer malvados.

Los humanos matan, torturan y toman cosas que no son suyas por sus propias razones injustas.

Por orgullo.

Por lujuria.

Por diversión.

Los humano son despreciables, te lo prometo.

No hay redención para una raza que ha evolucionado tan lejos y todavía está enferma de cosas volubles como el odio.

No creo que lo haya, no.

"(T/n)."

Su voz me asustó. No esperaba que se despertara, pero Shota Aizawa nunca ha tenido el sueño pesado. Incluso tan cansado como siempre parecía estar el hombre, el susurro más pequeño lo perturbaba de su sueño más profundo.

Levanté la mirada desde la esquina en la que me había enterrado. Estaba acurrucada en el piso de la cocina, mis rodillas dobladas contra mi pecho mientras nerviosamente mordisqueaba la uña de mi pulgar, balanceándome hacia adelante y hacia atrás en completa oscuridad.

"¿Huh? ¿Sho? ¿Por qué estás despierto?" Pregunté, mis ojos deslizandose hacia la figura oscura que estaba a bastante distancia. Con unos pasos más silenciosos, Shota encendió el interruptor de nuestras luces, de pie con su cabello desordenado atado en una cola de caballo baja, una camiseta gris que era dos tallas más grande para el hombre delgado, y un pantalón deportuvo aún más holgado.

"Creo que debería preguntante eso a ti." Dijo, levantando una ceja, acercandose a mí.

"Simplemente no podía dormir." Mentí, abrazando mis prienas, sin quiera comentar sobre la extraña posición en la que estaba. Estoy segura de que me veía loca. Shota dejó escapar un zumbido incierto mientras se dirigía hacia mí, agachandose a mi altura. 

"Las mentiras harán que tus dientes se pudran." Hizo un gesto, presionando los codos contra sus rodillas, inclinando la cabeza pensativamente. "Dime qué está pasando." Levanté la mirada con mi uña aún entre mis diente.

¿Cómo podría decirte a ti lo que me está molestando?

¿Cómo podría decirte que me he estado escondiendo con mi medio hermano fugitivo, cuando te digo que estoy dando clases particulares a mi amiga?

Erase Her ゾごホ (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora