粘り強い - tenaz

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Han pasado dos días desde que conocí al misterioso hombre. Había estado pasando ese tiempo con mis amigos de la escuela, tratando de mantener mi mente fuera de nuestra noche juntos. Son vacaciones de verano. Cuando empecé con Kamui Woods, me prometí no atarme. He estado allí, he hecho eso, y ahora con mi nueva adicción encontrada, no quiero volver a hacerlo nunca más. Así que nunca duermo con el mismo hombre dos veces. Es una regla fácil, una que aún no he roto. Pero éste hombre. Éste hombre cuyo nombre no me importó aprender. Quería volver a verlo, hasta casi me intrigaba. Negué con la cabeza, golpeando mis palmas abiertas contra mi cabeza. No, no, no. La única cosa que me intrigaba es su pene. Hice un puño, golpeando mi otra mano. Si. Así es. Era sólo sexo. No me importaba la tristeza que se asomaba en sus ojos oscuros, o la forma en la que se veía su cabello desordenado cuando lo metía en un moño bajo. Me abracé del frío, mientras el aire soplaba en mis huesos, enviando un escalofrío por mi columna. Además, ¿Cuáles son las posibilidades de que vuelva a 'Sakura'? Nunca lo había visto ahí antes, así que dudo que vuelva. Sonreí para mí misma, arreglando mi cabello usando mi reflejo en el espejo a 'Sakura'. Es domingo por la noche, estoy obligada a engancharme a alguien nuevo y sexy que con mucho gusto hará que dejara de pensar en el hombre de la bufanda. Entré al bar, quitándome la chaqueta y entregándosela al hombre de la puerta, enseñando mis curvas y mi piel en mi brillante vestido dorado. Se hundía en mi pecho, empujando mi escote a su límite, y la espalda era abierta, dejando un poco a la imaginación. Miré alrededor de la barra iluminada con velas, la música de piano suena apenas por encima de la charla de los clientes. Mientras caminaba más adentro del lugar, no pude evitar detenerme por completo. Ahí estaba él. Sentado en el misma cabina insolada, bebiendo un vaso de quién sabe qué con sus ojos entrecerrados y bajos, hasta que me vio. Enfocó la vista, mirándome descaradamente de arriba a abajo, comiendo hambriento mis curvas. Tragué duro, con una sensación cálida extendiéndose entre mis piernas. Sus ojos sin emociones parecieron brillar por un momento, parpadeando y lanzándome una pequeña sonrisa que se habría perdido si no hubiera estado mirando directamente a su inexcusablemente guapo rostro.

"(T/n), ¿verdad?" Una voz desconocida sonó cerca, demasiado cerca. Me di vuelta hacia el hombre a mi derecha. No lo reconocí, mi cabeza se inclinó inconscientemente mientras levanto una ceja.

"Te he visto por aquí." Respondió, tomando otro trago de la botella en su mano. "¿Puedo invitarte una copa?" Preguntó, y mis ojos se cernieron sobre él. No era feo. Cabello castaño desordenado, atuendo de negocios. Se veía cerca de sus treinta. Sin embargo, no pude evitar que mi mirada se desviara hacia el hombre en la esquina. Seguía observándome, con su bufanda cerca a su boca mientras tomaba sorbos de su bebida. Nuestros ojos se encontraron y él de inmediato miró hacia otro lado, dejando escapar un bufido de sus labios. "¿Eso es un si?" El hombre frente a mí preguntó, volviéndome a mis sentidos.

"¿Hm? Oh, si. Tomaré una mesa para nosotros." Asentí, serpenteando entre la multitud de personas para encontrar una mesa vacía en el rincón más alejado de la habitación. Me deslicé en la cabina, jugueteando con mis dedos mientras esperaba que el hombre me encontrara. ¿Por qué está él aquí? No lo había visto nunca antes ahí, excepto por aquella noche. ¿Me está buscando? ¿Me quiere? Mis ojos se iluminaron ante tal pensamiento. No, no, no, (t/n). Acordé que no iba a hacer eso. Nada de relaciones, no de nuevo. Apreté mi puño. No repetiré mis errores. De repente, una figura alta y larguirucha se deslizó en la cabina a mi lado. Solté un grito ahogado cuando nuestros ojos se encontraron. Era él. Parecía de otro mundo así de cerca. Su aliento me recorrió la cara el tiempo suficiente para oler el whisky. Estaba bebiendo.

"¿Por qué no viniste a mi mesa?" Preguntó directamente, haciendo que mis labios se presionen en una línea recta. "Te veías como si quisieras." Sus muslos estaban presionados contra los míos, haciendo que mi cuerpo se calentara. Perezosamente coloca un brazo detrás de mí, usando el otro para beber el resto de su bebida antes de golpearla contra la mesa. "He tenido otra noche de mierda." Susurró, haciendo que mi pecho se apriete. Sabía a lo que se refería. Giré mi cuerpo para quedar frente a él, olvidándome del hombre que se estaba acercando a la mesa con una bebida.

"¿Shouta?" Dijo, mirando al hombre que prácticamente me tenía comiendo de la palma de su mano. ¿Ese es su nombre? ¿Por qué suena familiar? El hombre tarareó al sonido de su nombre, dirigiéndose al muchacho de antes con poco o ningún reconocimiento. "Estaba hablando con-."

"Está ocupada." Refunfuñó, despidiéndolo, parecía descontento ante eso, murmurando algo para sí mismo antes de irse furioso con bastante facilidad. Apoyé mi cabeza contra el respaldo del asiento, dejando que mis dedos separen los envoltorios de su bufanda.

"¿Lo estoy, Shouta?" Dije seductoramente, ahora que tenía una pieza del rompecabezas del misterio que es la mejor polla que he tenido. Shouta no reaccionó mucho, sólo se inclinó un poquito más cerca. Su desaliñada barba rozando mi piel.

"¿Te gustaría estarlo?" Preguntó, su respiración mezclándose con la mía, desafiándome a besarlo. Trague con fuerza, con esa sensación volviendo entre mis piernas a la par que las apretaba juntas.

"¿Qué quieres, Shouta?" Tarareé su nombre, haciéndolo respirar con fuerza mientras su mano se aferraba a mi muslo desnudo. Jadeé por lo bajo, viendo sus dedos metidos debajo del final de mi vestido.

"Una distracción."

Erase Her ゾごホ (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora