熱 - calor

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Detener un quirk es una cosa.

Anular las células que hacen que la reacción química active tal poder no fue una tarea fácil al principio. Me tomó años perfeccionarlo, combinado con noches de insomnio y horas de comenzar con pequeños cables agrupados en un chip increíblemente pequeño. Investigación, prototipos y un sinnúmero de fallos. Cinco años después, apenas logré montar un 'Eraserhead' semi funcional.

Ahora, ¿Cómo hago para volver a caminar?

Daño a los nervios, vasos sanguíneos, músculos. Cosas con las que nunca tuve que trabajar. Si fuera fácil, alguien lo habría hecho, ¿verdad?

Hojeé uno de mis libros de medicina, hojeando las páginas aturdida mientras muchas palabras desconocidas me devolvían la mirada. ¿Cómo soluciono el daño de nervios con mi tecnología? ¿Cómo hago para volver a caminar? Entrecerré los ojos en un par de frases, la letra pequeña estaba ligeramente borrosa, manchando los bordes haciéndome sacudir la cabeza.

Una cosa es hacer tecnología que salve vidas, y otra es hacer vidas cuando tu cerebro está en un estado constante de confusión.

Dejé escapar un profundo suspiro, descansando mi cabeza sobre la mesa de la cocina, inclinándome hacia adelante. ¿Qué si no puedo? Es bastante difícil incluso imaginarse haciendo algo tan loco como esto, ¿Cómo puedo hacer algo así cuando las cosas se confunden tan a menudo y mi cerebro funciona mal? Toda motivación que una vez tuve parecía estar escapándose de mí por las costuras a un ritmo alarmantemente rápido. Ya no estoy segura de poder hacer esto. Parpadeé, el calor fluía por mi rostro mientras las lágrimas comenzaban a deslizarse por mis ojos. ¿Qué si no puedo repararme?

"¿Y cómo está la loca científica?" Su voz monótona se curvó suavemente al final de sus palabras mientras su gran mano se hundía en los mechones ligeramente anudados de mi cabello (c/p). Gemí, levantando mi rostro con el ceño fruncido.

"Creo que mi cerebro va a explotar." Murmuré. Shota soltó una pequeña risa, sacó la silla a mi lado y se sentó. "¿Sabías que la sangre constituye aproximadamente el 8% de tu peso corporal?" Shota enarcó una ceja ante mi extraño dato del día. Parece que tengo mucho conocimientos inútiles flotando en mi cabeza esos días, es decir, cualquiera lo tendría después de completar Anatomía y Fisiología; Volúmenes uno al doce.

"Eso es malo, ¿huh?" Preguntó, apoyando su codo en la superficie de madera mientras hablaba, "Has leído esos libros de principio a fin, déjame darte algunos nuevos."

"Está bien, encontraré algo pronto." Dije en voz baja, agitando una mano frente a mi cara y sin entusiasmo hojeando la primera pagina de mi libro una vez más. No quiero nada más del hombre que se hace llamar 'Eraserhead'. Ha hecho demasiado por mi. Tanto que nunca jamás podría devolver.

"¿Por qué no vuelves a la escuela?" Shota preguntó sin rodeos, haciéndome temblar ante la pregunta. Me incorporé de mi posición encorvada, arrugando la nariz como si fuera alérgica a responder. ¿Volver? La idea ni siquiera se me había pasado por la cabeza. No lo había considerado, siquiera cuando el director me envió una carta de 'Regrese ahora o de lo contrario probablemente no podrá graduarse'.

"Es humillante." Admití. Si hubiera regresado antes, me hubieran enyesado las piernas, un aspecto prometedor de posible recuperación. Pero ahora, me han quitado los yesos de las piernas, me siento desnuda e inmóvil en mi silla de ruedas sin ninguna esperanza de volver a ser útil. ¿Cómo se habla con alguien que perdió la capacidad de caminar en cuestión de segundos?

"Entonces trabaja conmigo." Propuso, incliné la cabeza ante su respuesta. "Hablaré con el director, discretamente, por supuesto, y te conseguiré un puesto de auxiliar para mi clase.

"Shota..."

"De esa manera, puedes trabajar en tus propios experimentos, puedes usar a tu compañera de clase y reanudar la obtención de créditos para tu graduación."

"Shota-."

"Sólo confía en mí. Los niños de mi clase podrían ser un poco... Fuera de lugar, pero-"

"Tengo miedo." Solté, las lágrimas enrojecieron mi rostro. "No quiero que me vean como la chica en silla de ruedas, esa... No soy yo." Los ojos de Shota se suavizaron, indicios de tristeza se acumularon alrededor de sus oscuras pupilas. Dejó escapar un pequeño suspiro recogiendo su cabello en una pequeña cola de caballo para envolver rápidamente una banda a su alrededor.

"Un periodo." Dijo, prácticamente rogando. "Una hora, incluso te compraré soba para el almuerzo." Una sonrisa se abrió camino por mis labios.

"¿Soba?"

"Pensar que se te puede comprar tan fácilmente con la mención de la comida."

"Lo consideraré." Bromeé, una pequeña ola de ansiedad se abrió camino hacia mi corazón. No quiero decepcionar a Shota, pero no quiero dejar mi propia burbuja de comodidad. ¿Conocer a la próxima generación de héroes? ¿En una silla de ruedas? Los nervios ni siquiera comienzan a romper los sentimientos que sané.

"¿Puedo hacer algo para desviar la decisión a mi favor?" Shota sonrió, inclinándose hacia adelante y colocando su palma contra mi muslo descubierto. Sonreí de costado, bajando la mirada hasta su toque.

"Sabes que no puedo sentir eso, ¿verdad?" Reí cuando Shota puso los ojos en blanco.

"Es el pensamiento lo que cuenta, (t/n)." Shota suspiró, acercándose más para que los mechones de su flequillo rozaran mis mejillas. Mis labios se separaron, nuestros ojos se cerraron, mi rostro calentándose. Sus dedos se engancharon debajo de su (nada sorprendente) camisa negra que yo estaba usando, sus palmas presionaron contra mis muslos y abrieron mis piernas. "¿Deberíamos probar qué puedes y qué no puedes sentir, (t/n)?" Sonrió diabólicamente, saltando se su silla y arrodillándose en el suelo. Podía sentir el rubor arrastrándose por mis mejillas mientras colocaba mis muslos sobre sus hombros, envolviendo sus brazos alrededor de mi piernas a la par que me levantaba un poco hacia adelante. Jadeé, cayendo un poco más hacia atrás en mi silla mientras miraba a Shota quien me observaba por encima de la fina tela de mis bragas a rayas.

"Sho..." Susurré suavemente. Tarareó en voz baja, presionando sus labios contra mi entrada, su voz enviando vibraciones a las áreas más sensibles, haciendo que el agarre de los brazos de mi silla se apretara.

"Entonces puedes sentir eso." Empujó, sus largos dedos moviendo delicadamente el corte de mi ropa interior hacia un lado. Observé con atención, no siendo realmente capaz de apartar los ojos del hombre de cabello oscuro mientras rozaba tentativamente sus labios contra mi abertura.

"Ai-Aizawa..." Respiré, mi pecho se apretó mientras arrastré una mano hacia arriba para descansar sobre su cabeza.

"¿'Aizawa'? Debo haberte puesto realmente nerviosa, ¿Verdad,(t/n)?" Dijo tranquilamente, su aliento soplando sobre todos los lugares por los que ansiaba que pasara. "Conviértete en mi auxiliar." Mordí mi labio, mirando hacia el techo con un bufido.

"Shota, realmente no-." Mis palabras fueron interrumpidas por una calidez que se extendió dentro de mí, frotando las partes más bonitas y hormigueantes. Dejé escapar un grito ahogado, mi mirada se disparó hacia abajo. El siempre encantador Shota Aizawa me miró fijamente mientras su lengua se hundía dos pulgadas más de lo necesario. Un gemido se escapó de mi garganta, mis dedos se entrelazaron con sus largos mechones de cabello negro. Tiré de su cabeza un poco más profundo, su lengua rozando los puntos que me hacían lloriquear. Shota se apartó, ladeando una ceja en mi dirección con una sonrisa disimulada.

"Sé mi auxiliar."

"Está bien," Gemí, la molestia irradiaba de mi voz, "Sólo jódeme."

"Bien, princesa."

Erase Her ゾごホ (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora