63. Resistir y morder.

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Luego de esa huida de Kame House, Shaira no esperó para dirigirse a cierta localización en particular. Sabía que la noche iba a serle de mucha ayuda debido a la poca luz y a lo tarde que era. Pasaron unas horas, debido a la lejanía del lugar. Observó el pequeño poblado debajo de ella, casas grandes y lujosas rodeadas de grandes y fabulosos jardines. Miró su aparato electrónico que era parecido a un celular táctil, comparó la imagen con aquellos dados en su libreta. Estaba cerca, avanzó un poco más, adentrándose en el bosque. El aparato comenzó a sonar haciendo que se detuviera y descendiera al suelo. Guardó todo luego de revisar nuevamente las coordenadas y de asegurarse de que no estuviera equivocada.

Levantó la vista, frente a ella se encontraba aquella mansión en pie. Su corazón brincó con fuerza y las lágrimas parecían amenazar con salir de sus ojos. Tragó saliva, intentando deshacerse del nudo en su garganta. Apretó los puños y se acercó a la reja de entrada, apreciando un cartel con la leyenda de "En venta", flotó por encima de la gran puerta de entrada al jardín y caminó a la puerta. Todo estaba oscuro y muy callado. Estando en el pórtico intentó rastrear los ki cercanos, pero el más próximo se encontraba lejos, en aquel pueblo de bellas construcciones, por lo que no había nadie que pudiera verle.

La puerta estaba abierta, por lo que entró sin problema, encontrando la casa vacía en su totalidad. No había muebles, no había pinturas ni cuadros en las paredes. Las cómodas alfombras no estaban en los suelos, las cortinas aun no eran colgadas, ni siquiera las bombillas encendían, no había electricidad. Suspiró, reteniendo todas esas emociones. Se adentró aún más, haciendo uso de su poca visión nocturna. Subió las escaleras, deslizando la mano por el pasamano de madera, caminó por el pasillo hasta la que debería ser su habitación, abrió la puerta encontrando ese cuarto vacío. Entró y cerró detrás de sí, apretó el botón del seguro, recargando la espalda en la hoja de madera, con la cabeza baja. A pesar de que era el pasado y de que estaba consciente de que esa habitación aun no era suya, ella se sentía como en casa.

Se quitó la correa de la mochila para dejarla en el suelo, se arrodilló en el suelo de madera, de su bolso sacó el reproductor y los audífonos, los cuales se colocó y conectó al aparato, dejando que la música comenzara a sonar. Luego de mirar a su alrededor unos segundos, se acercó a la ventana donde, usando su bolso de cojín, tomó asiento, mirando a través del cristal aquella noche estrellada y oscura. Sumiéndose unos instantes en la miseria y el dolor que había dejado de lado durante todo ese tiempo. La música sonaba, lenta y tortuosa.

Pasó un par de horas en el sitio, dormitando para mantenerse alerta y a la vez descansar un poco, pues, a pesar de que sabía que ya fuera en Kame House o en casa de Bulma estaría a salvo, solo ese lugar solitario parecía darle las fuerzas que necesitaba para continuar con ese tormentoso destino que le tocaba, así como ayudarle a pensar mejor lo que debía hacer de allí en adelante. Llegada la mañana, en cuanto salió el sol, salió de la propiedad para emprender el vuelo bajo la mirada atenta de un enmascarado.

La inhumana procedió a quedarse un par de horas en casa de Bulma para tomar un pequeño aperitivo con la madre de Bulma, escuchando más acerca de aquella familia tan inusualmente rica, así como del gran ingenio y talento del señor Brief que se le fue heredado a Bulma y que, de seguro, Trunks también compartía. De igual manera, Shaira pudo apreciar la buena cocina de la madre de Bulma quien parecía divertirse de llenar a sus invitados de golosinas que ella preparaba, pues eso era lo único que le había servido para comer, así mismo, disfrutó un par de partidas de un juego de mesa con aquella señora rubia.

A pesar de las noticias que se escuchaban en la televisión, Shaira confiaba en que los guerreros z podrían ser capaces de luchar contra Cell, de no ser así, esperaba que el señor Goku se recuperara pronto para que él se hiciera cargo de toda esa situación, aunque, el dejarle todo a una sola persona le causaba muchos problemas. Estaba al tanto que Goku era un saiyajin; sin embargo, nunca había tenido oportunidad de ver sus habilidades en acción, agregando el hecho de que seguía siendo mortal y que toda esa serie de eventos podía cambiar de alguna u otra forma por el hecho de ser una línea temporal distinta. Muchos escenarios catastróficos podían ocurrir en un abrir y cerrar de ojos y ella lo sabía perfectamente bien.

Un Futuro Con Esperanza. [Fanfic DBZ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora