EXTRA.

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El sueño de un futuro incierto.

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De nuevo en ese pequeño supermercado lleno de gente. Personas a quienes desconozco y que no quiero conocer, a quienes temo por mi propia paranoia que ha ido creciendo más y más estos últimos meses. Escucho sus voces, sus platicas amenas y cada pequeño sobresalto me hace girar la cabeza. Un bebé llora, una risa fuerte de un grupo, una persona molesta le grita al cajero, otra desesperada busca su dinero en su bolso ya que su tarjeta no pasó. Miles de cosas y todas siguen ese camino de lo cotidiano y lo ordinario, y aún así, tengo los nervios de punta y miro sobre mi hombro a cada momento. Estar "sola" me hace sentirme tan vulnerable como ese pedazo de carne en la bandeja de plástico que acabo de recoger de las cajas, apenas cubierto por un plástico que perfectamente se puede romper con simplemente aplicar poca presión sobre él. Suspiro. Y, a pesar de todo, yo misma insistí en estar aquí, en trabajar en este lugar a costa de unas cuantas monedas que al final no voy a gastar en mí. El orgullo de la autosuficiencia puede más que yo. Empujo el carrito y sigo mi recorrido, recogiendo todos esos productos que se quedan en las cajas y no son comprados para llevarlos de vuelta a su lugar o desecharlos.

No pasa mucho hasta que el carrito de compras que uso está lleno, siguiente paso: llevarlos a su estante correspondiente. El camino es ameno y silencioso, mi primera parada es en el estante de las conservas. Una a una coloco las latas en su lugar hasta que escucho un par de voces susurrando a un par de metros detrás de los estantes.

—Es ella.

—¿Estás seguro?

—Si, háblale y confirma la marca.

—Está bien.

Aprieto los labios, no sé que hacer. Quiero salir corriendo, pero trato de calmarme y seguir en lo mío cuando escucho pasos acercándose. Me giró y casi de inmediato frente a mí está uno de mis compañeros, a quienes igualmente no pretendo conocer. Me mira y sonríe, le miro sin reaccionar, esperando a que hable.

—Hola, ¿tendrás algo para el departamento de galletas? —Pregunta de forma casual.

—No lo sé, déjame ver —Reviso un poco las cosas en mi carrito. Los nervios comienzan a incrementar.

—Oye, ¿de dónde dijiste que eras? —Pregunta, le miro.

—Lo siento, no tengo nada. Terminé aquí.

No espero más y tomo el carrito para luego salir casi corriendo de allí. Mientras me alejo escucho como el otro sujeto se acerca y vuelven a susurrar.

—¿La viste?

—Creo que sí.

Mierda.

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Acostada en la cama, con las sabanas cubriendo todo mi cuerpo, sintiendo el tenue calor que me dan y un poco de comodidad, a pesar de eso no puedo dormir. La vulnerabilidad me sigue a casa y no me deja salir. El cansancio de trabajar por la noche y mantenerme despierta por el día me va a cobrar factura en el futuro. Cierro los ojos tratando de dormir, pero solo termino por agudizar mis sentidos y, sin quererlo, termino escuchando su conversación.

—Trunks, Shaira ha estado muy rara últimamente —Dice Bulma con un tono tan maternal como preocupado.

—¿Por qué lo dices?

Un Futuro Con Esperanza. [Fanfic DBZ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora