Un Futuro Con Esperanza. [Fanfic DBZ]

60. Atando cabos.

No sabía muy bien a qué se debía, pero la información de todas esas "técnicas", volvía a su cabeza sin que ella se diera cuenta. Sin embargo... aquello que había visto le causaba muchos problemas. Quizá solo había sido un sueño como muchos otros. No quería tomarle mucha importancia, pues aún tenía cosas más importantes que hacer. Encontró lo que buscaba: una pequeña caja con cápsulas. Tomó una, apretó el botón y la arrojó a un espacio libre. Al poco tiempo, apareció una caja. Shaira se acercó y de allí sacó una toalla para secarse. Sabía que necesitaba un baño, pero si salía así, terminaría congelándose. Una vez seca, comenzó a ponerse la ropa y a guardar todo. Volvió la caja cápsula y la guardó en su sitio. Tomó todo lo que podía llevar. Se aproximó a la gran computadora y la miró.

—A pesar de que fuiste creada para hacer un caos, terminaste ayudándome... —Segundos de silencio— ¡¿Qué mierda hago sintiendo lástima por una máquina?! —Levantó una mano con una esfera de energía que se formaba de a poco. De repente se le vino una idea— Espera, si le muestro toda esta información a Bulma, quizá sea de ayuda.

Se puso la gabardina verde militar, el cubre-bocas, se colgó la mochila y salió del bunker secreto. Afuera, el frío de la mañana comenzó a hacerse presente. Sacó su libreta y anotó la ubicación, no esperó para irse volando en dirección a Corporación Capsula. Pasaron un par de minutos hasta que por fin llegó. A decir verdad, los paisajes eran sumamente bellos y ver esa ciudad en su máximo esplendor, así como con vida y tranquilidad, ver aquella gran casa pareció hacerla sentir algo en su interior, algo que no podría describirse con palabras. Llamó a la puerta y esperó a que esta se abriera. Una mujer delgada y rubia fue la que la recibió.

—Oh, hola, ¿Puedo ayudarte en algo? —Habló con voz melodiosa.

—Eh, sí, yo... busco a la señorita Bulma.

—Ella está adentro haciendo unas cosas, pero pasa, ya le llamo.

—Sí, gracias —Entró a la casa siendo guiada por aquella mujer.

—¿Gustas un poco de té? —Preguntó en el camino.

—No quisiera molestar.

—Para nada, también hay pastelillos, te encantarán.

—Eh, bueno.

—Espera aquí —Dijo dejándola en lo que parecía ser la sala—. Ya vuelvo.

—Si —La mujer se fue, Shaira procedió a sentarse en uno de los sofás frente a la gran televisión y se quitó el cubrebocas— Con que esto es vivir en paz —Respiró profundo, a su nariz llegó el aroma a té y a pan recién sacado del horno—. Casi lo olvido.

—Aquí tienes —La mujer llegó junto con una charola con una tetera, un juego de tazas y platos de porcelana, así como pequeñas cucharas y una montaña de pastelitos.

—Muchas gracias —Dijo tomando un pastelito y una taza de té.

—Espero que te guste —Respondió la mujer, sentada a su lado con una taza en las manos—. Los hice yo misma.

—Están deliciosos —Dijo luego de darle un mordisco y un sorbo de té. El verdad lo disfrutó pues ya llevaba tiempo sin comer algo.

—Perdona que te lo pregunte así, pero... ¿Eres una de las amigas de Bulma?

—¿Eh? Bueno, yo... —Se llevó una mano a la nuca— Podría decirse que sí.

—Oh, ya veo —Soltó una risilla—. Eso explica el color de tu piel.

¡Mierda! –Gritó mentalmente– ¡Lo olvidé por completo! –Se llevó una mano a la cabeza– ¡Idiota!

—Te dije que estoy ocupada —Dijo una voz llegando, una que reconoció—, ¿Quién me está buscando? —La mujer de cabellos claros apareció por la puerta. La inhumana se puso de pie.