72. Dos mitades de un todo equivocado.

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No pasó mucho hasta que llegaron al lugar adecuado: aquel poblado que parecía estar entre las montañas. Al acercarse, pudieron notar que no había poblados cercanos al sitio, pues desde hacía un par de kilómetros habían dejado de ver edificios o población en general, no había rasgos de civilización por donde debía de haber un pueblo. Ambos observaban a su alrededor desde lo alto, tratando de buscar algún inicio, pero pareció en vano. Descendieron al suelo.

—Hum... parece que en verdad no hay nada —Respondió Shaira, sacando su libreta y anotando—. Sonde no existe.

—¿Viviste en ese sitio? —Preguntó Gohan con curiosidad.

—Algo así —Suspiró la inhumana—. Mi hermano Jerome vivía en este sitio —Ojeó la libreta mientras hablaba—. Su padre adoptivo compró una casa en este pueblo y cuando Jerome estaba aburrido, venía a pasar un tiempo lejos de la ciudad, fue así como nos encontramos —Se acercó al muchacho y le mostró un dibujo de dicho lugar, era como ver una fotografía.

—Wow —Tomó la libreta—, ¿Usted lo dibujó?

—Sí, son... hum... impresiones de mis recuerdos. Mi maestro me enseñó a dibujar, leer y otro tipo de artes. Él era todo un aristócrata en ese aspecto. Le gustaba mucho el arte y era muy bueno en eso —Caminó un poco.

Gohan se atrevió a intentar colocar el dibujo en lo que miraba, como si se tratase de encajar las piezas de un rompecabezas, y no tardó mucho en encontrar la posición. Todo el sitio parecía encajar a la perfección con lo que estaba frente a él. Las piedras, los árboles, incluso el propio paisaje eran idénticos, lo único que parecía hacer falta era toda la parte humana.

—No hay más pueblos cerca, así que sería un tanto imposible que el pueblo se hiciera durante este tiempo —La escuchó susurrar, quizá hablando consigo misma, mientras caminaba de un lado a otro, mirando todo el lugar.

—¿Vivías cerca de aquí? —Pregunto acercándose a la mayor.

—Pues... con mi maestro, solíamos cambiar mucho de casa, debido al maestro de mi maestro —Sonrió un poco—. Y, bueno, no teníamos mucho que nos habíamos mudado a una casa a las afueras de la ciudad, en un pueblo rico, por así decirlo. Pero un suceso nos obligó a venir hasta acá, así que tuve la suerte de que llegamos a pasar unos días en Sonde mientras mi hermano venía a tomar sus "descansos". Solo fue por un tiempo, ya que por lo que sucedió, teníamos que irnos... —Suspiró— Aquí fue la última vez que vi a mi maestro, antes de que desapareciera.

—Oh, lo siento —Shaira se acercó al menor y tomó de sus manos la libreta.

—Ven, deja te enseño algo —Se sentó en el suelo y el menor le imitó. Pasó la página, dejando ver una casa pequeña, pero hermosa y llena de plantas y hermosos detalles.

—Esta era mi casa —Le sonrió—. A pesar de ser un refugio un tanto improvisado, era la más hermosa de todas las casas de esta zona —Pasó la hoja, dejando ver un plano sencillo del primer piso de la casa. Señaló el dibujo lo que parecía ser un pequeño cuarto en la entrada—. Esta es la entrada que llevaba a un recibidor, allí ponías tu abrigo o tu paraguas. Luego, entrabas a la sala, siempre estaba llena de pinturas y esculturas muy raras, pero las alfombras eran muy suaves, era como acariciar a un perro muy peludo —Paso el dedo a la siguiente parte—. Acá estaba la cocina, era muy moderna y hogareña, tenía una puerta que llevaba al patio trasero donde había un gran árbol con un columpio. De este lado, pasando las escaleras, estaba el baño y más atrás, el despacho. Nunca llegue a ver que había allí —Pasó la hoja y lo siguiente era el plano del segundo piso—. Subiendo las escaleras, estaba la habitación de invitados y luego estaba la mía. Luego seguía la de mi maestro y, por último, la de Anthony.

Un Futuro Con Esperanza. [Fanfic DBZ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora