55. Las cosas no son como pensaba.

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[Cap 138 Min 9:45] Pasaron un par de minutos, Shaira ayudó a Milk a cuidar de Goku, cambiando las sábanas del hombre, limpiando su sudor, manteniéndole fresco y proporcionando aquella medicina para su enfermedad. Todo mientras Yamcha permanecía mirando una revista acerca de artes marciales. En cierta ocasión, la mujer mayor fue a cambiar el agua con la cual refrescaban la frente de su marido, por lo que Shaira aprovecho para robar un cabello suelto que encontró cerca de la almohada y, antes de que la mujer volviera, se lo llevo a la boca para luego tragárselo en un segundo. Milk volvió con agua limpia.

El tiempo pasaba lento y parecía volverse eterno. Shaira tomó asiento en una silla cercana al tocador de la habitación, Milk había ido al sanitario para pronto volver a acompañar a su esposo, cosa que la inhumana no iba a prohibir. Pensando en nada y a la vez en todo, el recuerdo de aquella cajita le vino a la mente, tomó su bolso para ponerlo en su regazo y sacar de él el regalo. Aquella caja parecía brillar debido a los brillitos del moño. No pudo evitar leer la nota de nuevo.

"...Somos el uno para el otro. Estamos hechos uno para el otro. No lo olvides nunca" –Leyó– Hum... –Miró el papel notando que tenía cierto relieve conformado por líneas y puntos. Levantó una ceja. Con cuidado, deshizo el moño y retiró la tapa encontrando dentro un pequeño reproductor de música, junto con unos audífonos, así como su cargador. Al verlo, su cuerpo se quedó en shock por unos instantes. Cerró la boca con fuerza y reprimió los gritos de emoción en su interior. Levantó los pies y los sacudió en el aire mientras se inclinaba hacia atrás riendo en silencio. Rápidamente sacó el aparato y lo encendió, encontrándolo con la batería a su máxima capacidad, se colocó los audífonos y leyó el título de la primera canción. Al instante los recuerdos vinieron a su mente, dejó que la primera canción se reprodujera.

Se recordaba a sí misma, en lo que parecía ser un edificio abandonado, con paredes agrietadas, polvo y tierra por todas partes, mientras la lluvia se escuchaba de fondo, golpeando las paredes y el techo de la edificación. Se encontraba riendo y charlando con cierto joven a quien conocía bastante bien, pues era de las pocas personas con las que se llevaba bien y en la que podía confiar todos sus secretos: Mathew. El joven aprendiz del amigo de su maestro. No recordaba del todo su rostro, pero sí algo en particular y eso era una perforación en el labio inferior, del lado izquierdo de la boca. Era algo que llamaba su atención de gran manera y no sabía a ciencia cierta de porqué, pero recordaba como brillaba debido a la luz que aparecía de vez en cuando por los relámpagos que descendían del cielo. En medio de la plática, que no recordaba del todo, surgió el tema de la música y el baile.

—¿Te gusta bailar, Mathew? —Preguntó curiosa.

—Sabes que soy pésimo —Dijo riendo—, ¿Cuántas veces te pisé en los ensayos para la presentación?

—Cierto —Rio al recordar—, es que piensas cuando bailas y eso no se hace. Debes dejar que la música fluya a través de ti, deja que ella sea la que te guíe.

—Lo dices como si fuera fácil, si eres tan buena, ¿Por qué no me enseñas?

—Bien, si eso quieres —Se levantó, dándole play al tocar con su dedo el ícono en el móvil y dejándolo en el suelo. Con la música de fondo, combinándose con el sonido de la lluvia cayendo, ambos bailaron sin una coordinación aparente.

—En verdad eres pésimo —Se burló la inhumana.

—Es que tú eres demasiado buena.

—No digas tonterías —Él apartó, tomó el móvil y cambió la canción a una que conocían ambos.

—Mejor bailemos la que ya me sé —Dijo algo avergonzado. Él extendió la mano hacia ella, quien sonrió y la aceptó.

Un Futuro Con Esperanza. [Fanfic DBZ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora