Un Futuro Con Esperanza. [Fanfic DBZ]

17. Avanzando rápido.

—¡Lo logré! ¡Lo logré! —Dijo separándose de él y mirándole— ¡Por fin lo logré!

—¿En serio? —Asintió— Déjame ver.

Shaira juntó sus manos y volvió a concentrarse, a los pocos segundos aquella luminiscencia comenzó a hacerse presente nuevamente. Esperó y aquel pequeño brillo comenzó a tomar forma dejando ver una pequeña estrella entre sus manos que irradiaba aquella luz purpura. Aun con la luz en manos miró al híbrido, quien miraba asombrado.

—¡Lo logré! —La miró sonreír y comenzar a brincar de la emoción— ¡Ya podré volar! ¡Voy a volar!

—Es increíble, estoy muy orgulloso de ti.

Shaira detuvo su celebración de golpe al escuchar aquellas palabras. Le miró sonreír y eso pareció alegrarla aún más.

—Gracias —Hizo una pequeña reverencia, luego le miró con gran entusiasmo—. ¿Ahora qué?

—Debes aprender a controlar ti ki a la perfección. Así que empecemos por lo básico. ¿Estas lista?

—¡Sí!

—Bien, supongo que ya puedes sentir el ki dentro de ti, ¿verdad?

—Sí —Se quedó pensativa unos segundos—. Se siente como... una corriente que recorre mi cuerpo, es como si mis nervios tuvieran sangre dentro. Es muy similar a esos pequeños espasmos que recorren mi sistema nervioso... —Le miró con curiosidad— ¿Así debería sentirse?

—Eh... —Se llevó una mano a la nuca—. Yo no puedo sentir mis nervios, así que supongo que sí —Le miró y se cruzó de brazos—. Con eso en mente, comenzaremos por ocultar tu ki, luego aprenderás a sentir el ki, te enseñaré a volar y, por último, lanzar esferas de energía, también te enseñaré algunos ataques especiales; pero también seguiremos con el entrenamiento físico, eso te ayudará a llevar mejor todo, ¿Está bien?

—¡Qué emoción!

Y de esa forma cambiaron un poco su entrenamiento.

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En poco tiempo lograron llegar al refugio más cercano sin problemas. Una vez que llegaron, fueron recibidos por varias personas, quienes les ofrecieron lo poco que tenían de comida, sin esperar mucho, siguieron con la recoleta de información. El musculoso se acercó a un grupo de personas.

—Disculpen, ¿Han visto a esta chica? —Acto seguido, mostró una fotografía de una chica pelinegra a quien reconocieron casi de inmediato.

—Hum... ¿No es esa la doctora que curó a todos? —Preguntó un anciano.

—Sí, se parece mucho —Contestó una mujer—. La doctora llevaba un cubre bocas, quizá sea ella —Se escucharon cuchicheos.

—Oye, Masahiro, ¿Tú, qué piensas?

—Déjenme ver—Mencionó acercándose un hombre moreno junto con su sobrino. Ambos miraron la fotografía—. Hum... yo diría que es ella —Ante la afirmación, el rubio delgado se acercó.

—¿Saben dónde se encuentra?

—¿Por qué la buscan?

—Es mi hermana —Se apresuró a decir—, la he estado buscando por un tiempo.

Masahiro pareció pensarlo, sobre todo dudaba ya que aquel rubio no tenía mucho parecido con aquella mujer que había ayudado a su sobrino, lo único que podría decir que era similar era aquel tono en su piel: un color gris opaco, muy similar al de un vampiro.

—Hum... no lo sabemos —Dijo Masahiro cortadamente—. Se fue en cuanto curó a todos.

—¿Estaba sola? —Preguntó el fortachón.