37. Yo te protejo.

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Maki seguía a aquel T-Rex que corría por el bosque, arrasando con todo lo que había en su camino. A pesar de su gran tamaño, sus pasos no eran tan veloces como para dejar atrás a la pelinegra quien le seguía a pie corriendo a toda velocidad.

¡No dejaré que te escapes! –De su mochila sacó un par de flechas y su arco.

Disparó varias veces, logrando atinarle a una de las patas de aquella bestia, quien rugió con fuerza, agitando su cola en un intento por golpear a su cazadora; sin embargo, esta era muy ágil y lograba evadir cada uno de sus ataques con éxito. Cuando menos se dio cuenta, el dinosaurio se preparaba para correr nuevamente. Rápidamente, disparó una flecha que se clavó en el cuello del T-Rex, haciéndolo caer.

—¡Bingo! —Fue hasta la gran criatura, la cual agonizaba—. Parece que atiné a una vena importante —Respiró profundo, regulando su respiración—. Acabemos con esto.

—¡Maki!

—¡Shaira! —Sonrió emocionada— ¡Mira, lo logré! —Su amiga se aproximó corriendo, y Maki notó que no venía sola— ¡Shaira, cuidado!

Preparó una flecha al ver que otro pequeño dinosaurio estaba detrás, siguiendo a su amiga. Disparó, pero la saeta* no llegó a su objetivo, pues la mano de la inhumana se interpuso, siendo atravesada por esta. Maki se petrificó, sintiéndose culpable y a la vez confundida. Al acercarse Shaira y el pequeño dinosaurio, del tamaño de ambas chicas, se aproximaron al más grande que agonizaba en el suelo.

—¿Qué...? —Pregunto Maki.

—Estará bien —La inhumana consoló al pequeño animal que restregaba su cabeza contra la piel del mayor.

Maki miraba con asombro y duda como su amiga retiraba el dardo que ella había lanzado, para, acto seguido, morder al gran dinosaurio y curarle sus heridas lentamente. Las flechas que estaban incrustadas cayeron al suelo como si algo desde adentro las empujara. Al mirar nuevamente a su amiga, pudo notar como las heridas de esta también se estaban regenerando tan rápidamente que llegaba a ser hipnotizaste. Ver los músculos reconstruirse de a poco, cubriendo venas y huesos desnudos. Un par de minutos después, Shaira se puso de pie, alejándose del gran dinosaurio el cual se puso en pie.

—Ya está —Sonrió. Maki miraba incrédula como el T-Rex mayor revisaba y frotaba su cabeza con la del pequeño.

—Hum... —Bajó su arco.

—Es una madre y su hijo —Dijo Shaira ante el silencio y la bella escena.

—¿Qué? —Maki miró a su amiga.

—El pequeño estaba explorando y se extravió, ella lo estaba buscando y cuando lo encontró este estaba atorado en una zanja y se había roto una pata. Cuando nos descubrió, se alejó para que no le hiciéramos daño a su bebe. Pero... ya están bien —Ambos animales se alejaron sin problemas.

—¿Cómo lo...?

—Tengo trucos —Sonrió con seriedad y se giró hacia ella.

—Aún no te curas del todo —Dijo al notar que aún podía ver los músculos de su amiga. Esta levantó su mano observando lo mismo.

—Lo sé. Esto llevará algo de tiempo —Suspiró—. Bueno, sigamos —Comenzaron a caminar nuevamente.

—Creí que necesitabas sangre —Mencionó Maki con molestia entremezclada con tristeza.

—Sí, pero... olvidé decirte que es mejor de un ser vivo.

—¿Por qué?

—Las células están vivas y activas, pueden crear algunas cadenas de compuestos que necesito. Acelero la producción de los tejidos y así restauro mis heridas.

Un Futuro Con Esperanza. [Fanfic DBZ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora