Blooming Story - Han Seojun

42 - Still Loving You 💫

En mis planes nunca estuvo la idea de despertar al lado de Seojun, jamás me imaginé eso.

Sin duda la vida era impredecible y en cualquier minuto te puede sorprender, nunca se sabe los giros que la vida te puede presentar.

Recordé la vez que tuvimos la última llamada con Seojun, a pesar de no haber terminado mal, solo era increíble que siguiéramos sintiendo lo mismo, sé que el tiempo y la distancia afectó, pero ahora, ya no había tal impedimento, al menos no del todo.

Desperté lentamente y al abrir mis ojos, el rostro de Seojun fue con lo primero que me encontré. Lo amaba, lo seguía amando, sonreí y una pequeña lágrima salió de mí. Suspiré.

Las imágenes de la noche anterior llegaron a mí, de nuevo, lo que pudo haber pasado ayer me dejaba sin pensar bien, pero era muy pronto para hacer algo, de igual manera, seguíamos sin ser nada.

La persona a mi lado se empezó a remover, cosa que me asustó y cerré mis ojos de nuevo, luego solamente se me olvidó y me aferré más a su torso, acción que a Han Seojun le causó gracia, ya que escuché su risa.

-De qué te ríes -murmuré.

-Buenos días Hani.

- ¿Qué tienen de buenos? -él rio, volteé a verlo y solo me observó con cara de indignado.

-Despertar a mi lado es una gran bendición, deberías de estar agradecida. –reí.

-Pero claro, agradecida estoy –el sarcasmo en mi voz se notó de más, acción que hizo reír de nuevo a Seojun. –Buenos días Han. –murmuré finalmente.

-Buenos días linda. –se acercó a mí y me dio un pequeño beso en la frente. ¿Puedo morir?

Suspiré de nuevo.

- ¿Puedo usar tu baño? –pregunté observándolo tímidamente.

-Esta es tu casa ahora Hani. –y escuché sinceridad en su voz.

~💫~

Luego de arreglarme un poco mejor ya en el baño de Seojun, salí.

Al salir vi que él estaba en la cocina y estaba muy nervioso, se le caía todo.

- ¿Es la primera vez que haces un desayuno? –el sonido de un sartén cayendo fue la respuesta que obtuve.

- ¿Me quieres matar del susto? –gritó.

-No seas exagerado –me acerqué para levantar el sartén. –Te ayudaré.

Sonreí, al parecer hoy era el día de sonreír, ya lo había hecho muchas veces. No debo caer.

Ambos preparamos el desayuno juntos, en silencio, y se sintió realmente bien, como si nada hubiera pasado, como si lo anterior hubiera sido una mala pesadilla, y estaba agradecida de que fuera así.

Me acerqué al estante donde estaban las tazas para así poder llenarlas de café, pero no contaba con que estuvieran en la repisa de arriba y que yo estaba descalza y era pequeña y no alcanzaba.

Estaba tentada a decirle a Seojun pero estaba ocupado colocando los panqueques en los platos, así que sin dañar mi orgullo trate de alcanzarlas, maldije en voz baja. Intenté de nuevo, un poco más y casi lo lograba, pero me tensé cuando sentí un cuerpo detrás de mí y un brazo bajando las tazas sin esfuerzo alguno.

-Me hubieras dicho. –me di la vuelta rápidamente y lo observé.

-Te veías muy ocupado, no quería distraerte. –no mencionó nada, se quedó ahí observándome. Hasta que habló.