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AmélieOdio las matemáticas.
He pasado días y días intentando entender cómo se hacen estos ejercicios, y tengo dos opciones; el libro claramente está mal hecho, o no entiendo como se hace.
Prefiero creer que es la primera opción, la verdad.
En Sheffield, Blake me solía ayudar, y bueno a veces lo chantajeaba para que hiciera mis deberes pero ahora estaba sola, en mi habitación con no sé cuantos papeles con soluciones erróneas esparcidas por el suelo.
Esta asignatura es la que más me ha estado costando durante estos dos meses.Es que sigo sin entender para que me serviría saber el dominio y la imagen de una función definida a trozos. ¿Es que acaso voy a ver el recorrido que hace la manzana hasta llegar a mi boca?
Según mi profesora de matemáticas: "Un día me agradecerás por ponerte deberes extras, y claro que te sirve para el día a día, niña".
No voy a comentar nada sobre eso.
Dejo el libro de matemáticas a un lado y lo remplazo por el libro de ciencias, no soy una experta pero por lo menos la llevo mejor que matemáticas.
Estos días aparte de estar con aquellos ejercicios he estado demasiado ocupada estudiando para los exámenes y haciendo trabajos que me dejaban.
Como quieren que no me agobie si solo dejan una semana para hacer todo eso.
Paso una horas repasando diferentes asignaturas de las cuales tengo exámenes próximos, hasta que la pantalla de mi teléfono de alumbra dejando a la vista una videollamada de Mack.
Al contestar no puedo decir nada porque ya está Mack gritándome.
—¿¡Dónde has estado?!, ¿dónde quedó el "nunca te voy a cambiar, te hablaré y contaré todos las cosas que me pasan."?
—Bueno, si te sirve de consuelo te he cambiado por un libro de matemáticas.
—Por lo menos podías haber escogido un mejor libro— suelta está vez a reír. —Ahora en serio, ¿cómo has estado?
—Pues intentando sobrevivir.
—Amélie.
—Es bromita, he estado bien, un poco agobiada por los exámenes pero por lo demás creo que bien.
—Me alegra saber eso.
—¿Y tú, como has estado?
—Bueno...
Algo de ese bueno no me daba buena espina.
—¿Qué ha pasado?
—Mi padre tuvo un pequeño accidente, nada grave, pero me asusté mucho. Yo...— su voz ya no sonaba tan alegre como siempre, ahora su voz se notaba triste, rota— Yo tuve miedo... tenía miedo de perderle.
—¿Pero todo está bien, verdad?
—Sí, poco a poco se está recuperando con ayuda de mamá.
—Bueno, entonces me alegro de que se esté recuperando, y sobre que tuvisteis miedo, es normal, Mack, es tu padre, tú me dijistes que estáis muy apegados, que él de pequeña te llevaba a pescar, pasear... Es normal, pero bueno ahora que se está recuperando podéis volver a revivir todo eso.
Sentía envidia.
Envidiaba la relación que tenía Mack con su padre, ellos eran lo que yo siempre quise y no pude.
Yo hubiera querido hacer todo eso, ir a pescar, de acampadas, o simplemente pasar el rato con mi padre. Pero no fue así.
—¿Amélie, sigues ahí?
Volví a la realidad, deshaciéndome de esos pensamientos y de lo que pudo ser y no fue.
—Sí, perdón, creo que tantos deberes me tienen un poco desorientada.
—¿Quieres que te ayude?
—¿Enserio puedes? ¿No tienes que hacer otras cosas?
—No te preocupes por eso, mi deber es ayudar a mi cuñada para ganarme su cariño.— No se porqué pero en cabeza me la imaginaba con una sonrisa de oreja a oreja y su mano posicionada en su cintura en forma de jarra.
—Te ganastes mi cariño cuando vi lo bien que tratas a mi hermano.
—Voy a llorar y todo—escuché como sorbió su nariz y siguió hablando— Pero ahora no hablemos de tu hermano. Envíame fotos de los ejercicios y te ayudo.
—Te amo, Mack.
—Yo también me amo.— ambas nos reímos, porque obviamente ella sabía que no me esperaba esa respuesta. —Es broma, yo también, Amélie. Y ahora, ¡los deberes!
—¡Sí, señora!
No me dejó seguir hablando ya que cortó la llamada y me envió un mensaje recordándome que le enviara los ejercicios.
Después de enviárselos bajé a la cocina ya que olía delicioso.
Amo todas las creaciones e inventos culinarios de mi abuelo.Y en efecto, ahí estaba, mi abuelo sacando una especie de bizcocho del horno para luego cortarlo, sus creaciones no tenían buena pinta pero su sabor era delicioso.
Agarré un plato, me serví el trozo de bizcocho raro y me fui al patio.
Un lugar sereno y precioso.
En donde te podías quedar dormida con tan solo escuchar a los pájaros cantar, o el mismo sonido de la brisa.Mi cabeza seguía pensando mil cosas, cosas de las que me costaba un montón olvidarme.
Primeramente estaban las clases, por ahora las llevaba bien, pero dentro de poco se complicarían y llegarían los exámenes finales, y una vez hecho esos exámenes, volvería a casa.
Scotty hace unos días atrás me llamó, me aseguró que Charles ya estaba en la cárcel y junto a él un cómplice que tenía. Al principio eso no me tranquilizaba, porque ya había estado una vez en la cárcel y salió, pero esta vez Scott consiguió más años, porque aparte del delito de abuso sexual, se le sumaban más delitos, lo que le sumaron años y años, y para cuando saliera tendría dos opciones, o saldría siendo ya un anciano o directamente no saldría nunca.Y eso me tranquilizó, ya no por el miedo que me hiciera daño mí, sino que se lo hiciera a otras personas, que hiciera lo mismo que hizo conmigo...
Y seguido a ese tema, estaba él.
Aiden.
Me estaba dando cuenta que no solo lo extrañé porque fuera su cumpleaños, sino porque lo extraño a él, extraño todos los buenos momentos, las risas, las películas...
No podía ni quería olvidarme de él y de lo que pasamos.
Intenté salir a divertirme, incluso tuve una especie de "cita" con un chico de mi clase pero fue en vano, ya que ni siquiera sentí algún tipo de atracción o conexión con él.Estaba siendo inútil intentar sacarlo de mi cabeza cuando ya estaba profundamente incrustado en mi corazón y no podría salir fácilmente de el, tal y como James me advirtió.
Iba a empezar noviembre, y tan solo quedaría otro mes más para acabar las clases y volver.
Y ese sería el momento.
Nuestro momento.
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Nota
Esta es la primera parte de la maratón final. ♡
Y la canción de Louis simplemente ♡
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Amélie [✔]
Teen FictionAmélie sufrió en el pasado, ya no es la misma chica que solía ser. Tiene secretos, dolor y muchos sentimientos reprimidos. Después de lo sucedido viajó a su país natal, Francia, para poder aislarse y olvidarse de lo sucedido. Vuelve a su pueblo con...