▪︎Capítulo 18▪︎

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Aiden

Acababa de decirle que la quiero y creo que eso fue muy precipitado de mi parte.

—Aiden

¿Por qué sentía miedo de que me rechazara? Dios, es la primera vez que lo digo.

—No tienes que contestar nada rubia, está bien

No dijo nada, simplemente entrelazó nuestras manos. Sorprendiéndome ya que siempre lo hacía yo.

—Yo también puedo ser cariñosa a veces.

Apoyó su cabeza en mi hombro.
En mi cabeza todavía se repetía el momento en el que salió de la cocina echa una furia, esa llamada la había echo sacar su ira. Sabia que algo estaba mal pero no sabía si preguntarle o no. Cuando yo tenía esos ataques de ira no quería que nadie me hablase, pero no sabía si eso a ella también se le aplicaba.

Levanté su mano y pude ver que sus nudillos estaban completamente rojos.

—Amélie, ¿te duelen?

—No es nada Aiden, estoy bien.

—Vamos a la cocina y te pones un poco de hielo

Tras largos segundos de espera, aceptó.  Fuimos hasta la cocina y saqué unos cubitos de hielo y se los di.

—¿Todo bien rubia?— tenía la mirada perdida como si estuviera pensando en algo.

—Sí, perdón por lo de antes.

—No tienes porqué disculparte— me acerqué más a ella y la abracé, tenía la necesidad de estar cerca de ella, de tenerla entre mis brazos, como si intentara impedir que se alejara de mi.— Sabes que si quieres hablar de cualquier cosa, estoy dispuesto a escucharte ya sea en francés o no, ya te lo dije cuando te conocí.

—Lo recuerdo. Pero por ahora no puedo decirte nada, lo siento— agachó la cabeza y pude sentir como había algo dentro de ella que la estaba atormentando. De repente un nombre resonó en mi cabeza.

La separé un poco para mirarla a los ojos —Y Amélie...— bueno no tenía derecho a preguntar quien era, pero escucharla decir otro nombre no me gustó —¿Quién es Scott?

Ella se rió y no entendí que chiste dije — Celoso Aidensito— me contestó con una sonrisa que hacía que se le formara un hoyuelo en el lado izquierdo.

Pero ¿celoso? ¿Yo? Ni de broma

Si lo estás.

Nada que ver, simplemente curiosidad.

—Bueno pues entonces si es curiosidad, es un amigo de Chloé y Raphaël — quería seguir preguntándole sobre ese tal Scott pero no quería hacerla pensar que soy un celoso.

—¿Puedo preguntarte otra cosa?

Que curioso eres.

—Ya lo has echo, pero bueno, pregunta.

—¿Por qué Blake y tú llamáis a vuestros padres por su nombre?— siempre me causaba curiosidad eso, sabía que sus padres no pasaban mucho tiempo con ellos pero mi padre también viajaba y le seguía llamando papá.

—Antes los llamábamos así, y claro que son nuestros padres pero nos dimos cuenta que no merecen ser llamados como tal. Porque unos padres se quedan contigo en las buenas y en las malas, unos padres no te dan las espaldas, no te culpan y están pendientes de ti, de si te pasa algo o estás mal, no te abandonan. Para mí eso es ser padres. Cuidar de tus hijos.

No sabía que Amélie pensara así, ¿qué le habrán hechos sus padres para que ella fuera así con ellos?

—Eso si que no me lo esperaba rubia.

Amélie [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora