▪︎Capítulo 31▪︎

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Amélie

Perdí la cuenta de cuantos días habían pasado, ¿dos, tres o quizás cuatro? No lo sabía con exactitud.
Pero lo que si sabía era cuanto había extrañado esa sensación de felicidad, placer, de diversión.

Veo mi alrededor moverse, colores, es demasiado gracioso ver como está todo.

El LSD era la llave en la que yo podia entrar en mi mente, pero a la vez tenía que hacer todo allí dentro. He aprendido a configurar mi mente para que las miradas de la gente que me ve por la discoteca no me den esa sensación de miedo y paranoia.

¿Por qué me da risa esas pequeñas luces que parecen un gran sol?

Vaya, parece que me voy a volver loca.

Mack y Allison dejaron de acompañarme, creo que hace unos días cuando les volví a pedir salir, según ellas no podíamos salir todas las noches, y también me habían dicho que no saliese si iba a seguir con esto, que me haría daño. Así que llamé a Jack, que él ha sido el que me ha estado acompañando. Nos la pasábamos bien aunque tuve que rechazarlo en par de ocasiones ya que quería un beso mío lo cual no se lo daría a nadie más que no fuera... no importa.

No sé en que momento regresé a casa pero aquí estaba, en mi cama y con las luces que parecían un sol gigante.

—Oh, mierda— noté unas ganas tremendas de vomitar.

Salí corriendo de mi habitación hasta llegar al baño y sentarme en frente del inodoro. Lo peor de consumir era esto, estás malditas ganas de vomitar.

—¡Amélie!¿Estás bien?

—Sí, no pasa nada, Blake.

Me saqué la goma de la muñeca y como pude me hice una coleta para que no me estorbara.

Escuché un suspiro y mi mirada se dirigió hasta el marcó de la puerta.

—No me mires así, Blake

—¿Mirarte cómo? Solo estoy viendo a mi hermana ser consumida por las drogas y volviendo a recaer.

Mi estómago se revolvió y volví a vomitar.

—Sé que Mack ya te ha dicho todo. ¿Quieres que te diga algo o solo te vas a quedar ahí?

—Solo me quedaré aquí, hermanita, cuando entiendas que esta no es la solución para arreglar u olvidar los problemas, hablaremos.

Y sin decirme nada más se volvió a ir.

Me puse de pie lentamente, intentando estabilizarme. Me quité la ropa y encendí la ducha. Espera que esto me ayudara un poco.

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No sabía donde se había ido Blake, pero ahora me encontraba sola en casa.

Había una discoteca que abría más temprano así que le envié un mensaje a Jack y empecé a cambiarme.

Estaba algo cansada pero quería mantenerme distraída a toda costa.

«En unos minutos llego.»

Fue el mensaje de Jack.

Terminé de maquillarme y me miré en el espejo, a pesar de haberme maquillado las ojeras todavía se podían percibir, como resultado de no haber dormido bien durante estos días.

Me hice una trenza al costado quedando perfecta con mi vestido rojo.

«Ya estoy, baja, Amélie. »

Agarré mi pequeño bolso negro y guardé el teléfono junto con mi tarjeta, mi pintalabios por si necesitaba darle un retoque y poco más.

Bajé y me encontré el coche azul marino de Jack, quien se encontraba adentro esperándome. Al abrir la puerta lo ví completamente de negro y como de costumbre su pelo llamándome la atención.

Amélie [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora