AmélieLa luz de la mañana se adentra por mi ventana, obligándome a que me mueva para que esta no me de en la cara. No me gusta nada las mañanas. Me levanté de la cama y me cambié mi pijama por un pantalón de cuero, me puse una camiseta negra y mi chaqueta de cuero, ya que tenía pensado ir a dar una vuelta.
Habían pasado ya cuatro días desde que llegué y lo estaba llevando bien, excepto la primera noche que dormí aquí, tuve la misma pesadilla de siempre, pero el resto de días he dormido de lo más bien.
Mi hermano me ha estado contando que uno de sus amigos de su grupo al parecer consiguió centrar cabeza y está en una relación y que cree que su novia pueda ser mi nueva amiga, a lo que le contesté con un simple "vale".No es que no quisiera ser su amiga, podría intentarlo claro, solamente es que he cambiado y no creo que ahora todo el mundo pueda aguantar a la nueva Amélie.
En París tuve algunos amigos y algún que otro chico o incluso también alguna chica que eran más que amigos, y lo ocurrido en el pasado hizo que me detuviera a la hora de establecer alguna relación amorosa o seria, no quería que otra persona supiera acerca de mis tormentos, me costó tiempo abrirme a la hora de tener algo sin importancia con otra persona puesto que pensaba que me iban a hacer daño pero con el tiempo cambió, y seguí experimentando pero nunca permitía que llegaran a más de besos o roces, si decía que parasen, paraban y si no paraban, me iba.
Respecto a lo de la novia del amigo de mi hermano iba a intentarlo, pero no aseguraba que llegase a ser su mejor amiga ni mucho menos.
De repente mi móvil sonó y era una llamada de un número desconocido, y como no solía atenderlos lo dejé que sonase.
Pero este volvió a sonar dos veces másVaya que si molestaba la persona del número desconocido, así que una vez volvió a sonar, atendí.
No debistes atender cariño
—¿Quién me llama a esta hora y qué quieres?— estaba molesta obviamente por no saber quién era o que quería, pero para mi sorpresa era la persona que menos me esperaba que me llamase.
—Vaya veo que sigues siendo la misma perra insoportable y malhumorada— oh no, no él.
—¡¿Cómo coño tienes mi número Logan?! No quiero que me hables y menos si es para insultarme o despreciarme, no tienes ningún derecho— Logan es mi ex.
Él es un año mayor que yo y al principio de la relación fue lo más cariñoso del mundo, siempre me consentía, me llevaba a citas, hasta que pasó lo que pasó y me hizo sentir que todo era mi culpa, que era una guarra, que iba calentando a cualquiera por la ropa que usaba, que no era nada provocativa. En ese entonces utilizaba muchos vestidos y me hizo sentir como la mierda, dejé de usarlos o a cualquier prenda que revelará alguna parte de mi cuerpo, era insegura de mi propio cuerpo, me veía al espejo y solo veía a alguien sucia, y marcada por unas asquerosas manos, dejé de comer y a tener problemas con el peso en el que me encontraba. Empecé a ir a rehabilitación y a terapias, debo admitir que al principio todo me costó, no me parecía nada fácil y es más me pareció imposible llegar a dejar de sentirme así pero años después, justamente en este momento amo mi cuerpo, aún con las marcas que poseo, aprendí a quererme como debo y juré que nunca más nadie me tocaría un pelo sin mi consentimiento o me hiciera sentir alguien que no valía la pena, no, eso nunca más lo permitiría.
—Ohh la pequeña Amélie se va a poner a llorar, y siempre estaré pendiente de ti, no dejaré que sigas con tu vida tan fácilmente— es un tremendo cabrón, sabe por todo lo que he tenido que pasar y aún así quería joderme.
—Oh no cariño no derramaré una sola lágrima por ti, mi rímel cuesta muy caro para desperdiciarlo como alguien como tú—me estaba hartando hablar con él y me estaba poniendo de muy mal humor—Ahora estoy tan segura de mi misma, te mostraré lo fuerte que soy y si quieres jugar a ese juego te advierto, que perderás.
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Amélie [✔]
Roman pour AdolescentsAmélie sufrió en el pasado, ya no es la misma chica que solía ser. Tiene secretos, dolor y muchos sentimientos reprimidos. Después de lo sucedido viajó a su país natal, Francia, para poder aislarse y olvidarse de lo sucedido. Vuelve a su pueblo con...