Capítulo IX

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Ymir corrió, corrió lo más rápido que sus extremidades se lo permitieron, lo único que pasaba por su mente era volver a ver a Historia. Su amada Historia, esperaba que pudiera perdonarla por dejarla atrás.

Estaba tan agradecida de que aquella mujer que había conocido tan poco tiempo se arriesgó para que pudiera tener una nueva oportunidad, ahora le debía todo, incluso su vida.

Entonces Ymir recordó que no estaba sola a las afueras.

Reiner, Bertholdt, la mujer que T/n mencionó, Pieck, y otro hombre, también se dirigían a los muros.

Debía darse prisa y alertar a los demás, pero tenía que ser cuidadosa de no ser vista.

"Lo mejor que podría pasarte si los ves, sería que fuera Pieck a quien te encontraras, ella es razonable, explícale y entenderá...o no"

Eso había dicho la hermana de Annie antes de que su plan fuera efectuado, tiene que ser tan cuidadosa de no ser descubierta, no podría pelear contra todos ellos, sería inútil y arruinaría por completo el sacrificio de la chica que la ayudó.

Para suerte de Ymir, Pieck en su forma cambiante era rápida también y como ellos habían partido al anochecer, debían tener una enorme ventaja.

—Como se esperaba de ti, Pieck-chan, llegamos pronto y seguros. Mi compañera es tan fiable—Zeke habló, fue el primero en bajar del lomo de aquel titan cuadrúpedo. Estiró su formido cuerpo y bostezó un poco antes de moverse para permiterle bajar a los otros hombres.

Reiner y Bertholdt bajaron uno tras otro sin tanto revuelo, trayendo consigo las cosas necesarias para su a campamento.

—Eso fue rápido, nunca había subido a la espalda de otro titan—Reiner dijo—. Gracias por el viaje, debes estar cansada, descansa un poco, Pieck.

—Estaré bien, Reiner—la voz de Pieck habló detrás del titan.

Una vez que todos estuvieron en tierra, Pieck fue la siguiente en pisar el gran suelo, había pasado la noche entera y parte de la mañana corriendo que se sentía un poco cansada y quería descansar al menos unos minutos.

Pieck no lo dudó mucho y se recostó sobre tierra, el césped sobre su cuerpo real se sentía tan bien y la brisa un poco fría que caía sobre su rostro la comenzaba a relajar.

—Bueno, ¿no vas a contarnos, Pieck?—Zeke habló de nuevo mientras encendía un cigarrillo diferente. Reiner y Bertholdt voltearon en su dirección con curiosidad para escuchar la respuesta. A ellos también les causaba intriga, fue lo primero que notaron desde su llegada, esa cercanía se sentía diferente a la última que llegaron a presenciar.

—¿Contarles qué?, ¿el hecho de cómo nos traje hasta acá sin descanso alguno?—se hizo la desentendida.

—Graciosa, Pieck—respondió Zeke—. Hablo de T/n y de ti, la última vez no dijiste nada y lo respeté por la misión, pero definitivamente tienes que hacerlo ahora, ¡se besaron, Piecky!.

Zeke aveces parecía un adolescente, incluso más que ellos.

—Sabíamos que eran cercanas desde que éramos tan solo unos pequeños candidatos, pero fue una gran sorpresa para nosotros que Zeke lo mencionara una vez que ustedes se marcharon aquel día en el cuartel, ¿no estaban ella y Porco enamorados?, ellos siempre fueron, algo, bueno, siempre sentí esa vibra entre ellos. Era la única con la que siempre hablaba sin parar, incluso se sonrojaban—preguntó Reiner con el ceño fruncido, intentaba armar los cabos sueltos. Desde que eran pequeños, Porco había conectado solo con T/n además de Marcel, y según escuchó, durante su ausencia, ambos se habían acercado demasiado, que incluso Pieck creyó que ambos se gustaban.

𝑳𝒂𝒛𝒐𝒔 𝑰𝒏𝒒𝒖𝒆𝒃𝒓𝒂𝒏𝒕𝒂𝒃𝒍𝒆𝒔 (𝑷𝒊𝒆𝒄𝒌 𝑭𝒊𝒏𝒈𝒆𝒓) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora