Capítulo XVIII

1.2K 99 7
                                    


T/n Leonhart punto de vista:

"Vamos, dilo, no es tan difícil...".

—¿Cariño?—Pieck me llamó un poco preocupada—. ¿Dijiste algo?.

—Quiero que lo hagamos—pude decir finalmente. Decirlo en voz alta, era una sensación realmente extraña, ¿cómo Pieck podía decirlo tan fácilmente?—. Pieck, yo también quiero estar unida a ti de todas las maneras posibles.

—¿Oh?—los ojos de Pieck brillaron con intensidad nuevamente, formando una sonrisa un tanto burlona. Estúpida Pieck.

—Yo también te deseo—repetí con las mejillas infladas en un gran mohín, intentando ocultar mi vergüenza, ella lo notó y rió enseguida.

Sin formular alguna palabra, rápidamente se acercó a mí y me beso con gran intensidad desde el comienzo. Hacía meses que no lo hacía de esa manera, ambas estábamos tan ocupadas con los enfrentamientos entre naciones que casi no habíamos tenido tanto tiempo a solas—. No te preocupes, voy a cuidarte muy bien—Pieck tarareó sus palabras con una gran sonrisa entre sus labios y yo simplemente asentí, no había nada más que pudiera decir en esos momentos.

Seguimos besándonos y cada segundo la intensidad y el calor en la casa aumentaba, Pieck estaba realmente entusiasmada y era inevitable para mí no corresponder a su entusiasmo. De repente, Pieck se detuvo y se puso de pie, fue cuando sentí lo mucho que quería hacerlo ahora mismo, había ignorado esa necesidad por tanto tiempo, pero ahora era imposible.

Cuando Pieck se separó un poco de mí, pude notar su rostro detalladamente, sus labios se veían más hinchados que de costumbre y su cabello estaba completamente desordenado, su rostro normalmente pálido, estaba teñido de rojo sobre sus mejillas, sus ojos brillaban con intensidad y su sonrisa brillaba. Era una vista fascinante.

Pieck sonrió. Sé lo que pasa por su mente, la conozco tan bien.

—Vamos cariño—Pieck extendió su mano hacía mí—. No dejaré que nuestra primera vez sea en este sofá—claro, no dejaría que nuestra primera vez fuera en un lugar tan incómodo como este viejo sofá. 

Mi reacción fue instantánea, tomé su mano y me dejé guiar sin ninguna objeción, estaba demasiado embriagada del aroma y los besos de la pelinegra como para pensar en otra cosa que no fuera seguirla. Al llegar, ella tomó la iniciativa de nuevo, me recostó con un poco de brusquedad de espaldas a la cama que solemos compartir y colocó sus piernas justo entre las mías, abriendolas un poco en el proceso.

Pieck fue rápida, en el momento en que toqué el colchón, comenzó a desvestirse sin tapujos, esperando que disfrutara su pequeño show. Ella amaba hacer esa clase de escenas y yo lo amaba aún más.

Su largo camisón para dormir fue bajando hasta que finalmente desapareció y tampoco fue tímida a la hora de desabrochar su sostén, lo hizo tan rápido que ni siquiera me dio tiempo de procesar lo que estaba ocurriendo cuando de pronto ya la tenía de nuevo encima mio, sobre mi cuello, besando y paseando su lengua con lentitud combinada con agresividad, como si quisiera dejar una marca. Yo lo disfrutaba, pero no podía pensar en nada más que sus pechos, ella no dejaba restregarlos sobre mí uniforme, meciendose de arriba abajo. Esto era nuevo.

—Pieck, esto es...—su nombre salió de mi boca como un suspiro, la fricción de su pecho sumado a la lengua y dientes recorriendo mi cuello era demasiado—. Sí, sigue así, no te detengas...Por favor...

Pieck sonrió y susurró un ligero "no lo haré, bebé, quiero que te sientas bien de todas las maneras posibles" mientras su lengua recorrió del cuello a mi boca, pidiendo permiso para entrar.

𝑳𝒂𝒛𝒐𝒔 𝑰𝒏𝒒𝒖𝒆𝒃𝒓𝒂𝒏𝒕𝒂𝒃𝒍𝒆𝒔 (𝑷𝒊𝒆𝒄𝒌 𝑭𝒊𝒏𝒈𝒆𝒓) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora