Capítulo XXVII

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T/n Leonhart
Año 853

—¿T/n-san?.

La confundida voz de Gabi interrumpió mi camino hacia a la moribunda Sasha, que no hacía nada más que disminuir su respiración  conforme los segundos pasaban, hasta el momento en que sus ojos finalmente se cerraron.

—¡Sasha!.

—¿Qué está pasando?.

—Gabi... Ahora no, yo... Se los explicaré más tarde, solo, lo siento, lo siento mucho, Gabi...—no puede ser, no puede ser. Esto no puede estar pasando

—¡Oye, Sasha, no te duermas!.

La sangre que el cuerpo de Sasha desbordaba no era normal, su rostro comenzaba a verse pálido y sus labios se comenzaban a tornar morados. Nada de esto era normal.

Tomé su rostro por unos segundos entre mis manos y lo vi, conocía esto, lo había visto innumerables veces en la guerra.

Sasha estaba muriendo, y eso me asustaba.

—¿Nos traicionó?—Gabi preguntó dirigiéndose hacía mí, aún con el arma en sus pequeñas, pero letales manos.

Quería responder, en verdad quería, pero ver a Sasha en ese estado era tan aterrador que no podía apartar mi vista.

—Sí, lo hizo—Entonces Floch respondió con una mirada arrogante en sus ojos, casi burlona. Como si Sasha no fuera nada para él, como si no estuviera pasando nada importante justo ahora—. Lo ha estado haciendo por mucho tiempo en realidad.

Ante esas palabras, tanto Gabi como Falco voltearon a verme con sorpresa. Gabi fue la primera en cambiar su rostro, parecía apunto de llorar.

No podía soportar eso, no podría ver como ambos se decepcionan de mí. Ellos eran mis niños.

Connie puso una mano sobre mi hombro en silencio, sin gesticular ni un poco.

—Sasha va estar bien—él aseguró luego de unos momentos—. Tú tienes que ir con ellos y explicar lo que sucede, lo haz querido hacer por mucho tiempo.

Sí, pero no de esta forma.

—Ella solo está inconsciente—dijo de pronto el hombre que intentaba detener su sangrado—. Pero aún está viva, la atenderemos mejor en cuanto regresemos a casa, el sangrado ha comenzado a detenerse. Tengan confianza en su compañera.

—¿Lo ves?—Connie preguntó con la otra mano en su rostro, intentando ocultar las lágrimas que seguro saldrían de él—. Está viva gracias a ti.

—¡Sasha!.

La voz de Armin resonó a la par que la puerta de enfrente nuestro se abría con fuerza, dejando verlo a él junto a Mikasa Ackerman. Ambos venían corriendo hacía acá con prisa y terror en sus ojos.

—Está bien—Connie repitió.

No me quería ir, Sasha era mi amiga, pero sabía lo que tenía que hacer ahora. Debía hablar con los niños, explicarles mi situación y rogar por su perdón.

Si es que es posible.

—Vive, Sasha.

Me despedí de ella rozando su mejilla un poco y me puse de pie. Sabía que posiblemente sería la última vez que la vea, las cosas una vez que lleguemos, definitivamente no serían buenas.

Cuando me acerqué hacía donde los demás exploradores tenían a los candidatos pude ver la mirada de rencor en Gabi y una tristeza en Falco. Y dolía, dolía tanto ver a los niños que más aprecio verme de esa forma tan decepcionante.

𝑳𝒂𝒛𝒐𝒔 𝑰𝒏𝒒𝒖𝒆𝒃𝒓𝒂𝒏𝒕𝒂𝒃𝒍𝒆𝒔 (𝑷𝒊𝒆𝒄𝒌 𝑭𝒊𝒏𝒈𝒆𝒓) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora