El Inicio Del Final

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T/n Leonhart

Siempre imaginé cómo sería mi muerte, siempre, cada noche antes de dormir, imaginaba mi muerte como algo normal, algo eventual.

Un cuarto frío, atada y con personas desconocidas viéndome dentro y fuera de la habitación esperando que la sucesión diera inicio, no preocupados por mí, no preocupados por mi heredero. Solo por ellos mismos y su poder militar.

Imaginaba a mi padre diciéndonos cuán orgulloso lo habíamos hecho sentir mi hermana y yo, diciéndonos lo mucho que nos amó y amará por el resto de su vida.

Pero sola, moriría sola.

Imaginaba a Pieck esperándome desde el otro lado, diciendo cuanto me extraño y lo mucho que me amaba. Moriría joven, pero feliz de haber hecho lo que pude por mi familia.

—Pieck...

Nunca pensé que estaría rodeada de personas importantes para mí, había estado lista para morir desde que tenía 12 años cuando me convertí en una guerrera, pero esto, ver a Pieck y Annie junto a mí, esto me hace querer retroceder, me hace querer vivir una vida que sé que jamás vamos a tener.

Una vez que estuve frente a ellos, sujeté los misiles entre mis manos con fuerza antes de comenzar a caminar hacia la nuca del titan fundador. Aún había una oportunidad para que esto terminara, una oportunidad para que la vida de mis amigos no acabara aquí.

Y yo podía lograrlo.

—¡Pieck, tengo que ir!—la avisé a Pieck con un grito decidido cuando ella notó mis intenciones.

Por ti, Pieck.

—¡T/n, detente, ni se te ocurra hacerlo!—escuché la voz de Pieck gritar angustiada y desesperada. Odiaba escucharla de esa forma, detestaba que Pieck estuviera sufriendo, por mi culpa—. ¡Por favor, tienes que salir de ahí!, ¡no te atrevas!, ¡lo haré yo, deja que termine lo que comencé!.

Lo siento tanto, Pieck. Lamento mucho haberte dado tantos problemas en el pasado y ahora, incluso antes de mi muerte, lamento tanto no haber cumplido nuestra promesa.

—¡No puedo hacerlo!, ¡quiero que todo esto acabe y que tú vivas!—expliqué.

—¡Podemos hacer que termine.... De otra forma!.

—¡No la hay!, ¡tengo que hacerlo yo!.

No puedo retroceder, no puedo dejar que suceda. Si al menos puedo salvar a uno de ellos, estaré bien con eso. Después de todo soy una guerrera, dar mi vida por los demás es parte de mi trabajo.

—¡T/n, déjalo!—la voz de Pieck seguía llamando a lo lejos, con una gran desesperación en ella.

Lo siento, Pieck, ya lo decidí. Pero un poco de tiempo con ella no estaría mal. No podría irme sin despedirme del amor de mi vida, sería un pésimo final.

Di media vuelta y comencé a caminar  hasta estar junto a ella, cuidando que ningún peligro estuviera cerca. Cuando estuve cerca de ella, pude ver su rostro deformado por la angustia.

Desearía tanto no ser yo quién esté causando ese inmenso dolor en ella, pero tengo que hacerlo, así podré salvarlos. Así todos podrán vivir libremente.

Falco y Gabi podrán crecer.

Reiner podrá disfrutar de la paz al menos por un tiempo.

Pieck podrá descansar al fin y ver el mundo sin guerra.

Annie y papá podrán reencontrarse.

Porco podrá tener la vida que siempre deseó, podrá envejecer y vivir.

𝑳𝒂𝒛𝒐𝒔 𝑰𝒏𝒒𝒖𝒆𝒃𝒓𝒂𝒏𝒕𝒂𝒃𝒍𝒆𝒔 (𝑷𝒊𝒆𝒄𝒌 𝑭𝒊𝒏𝒈𝒆𝒓) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora