Capítulo XVI

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Año 853: Marley: Victoria aplastante.

Han pasado tres años y algunos meses desde que la noticia sobre la derrota que habían sufrido en la isla paradise había comenzado a esparcerse por todas las demás naciones y desde ese momento, constantemente Marley recibía amenazas de ataque, obligándolos a someter a las otras naciones.

Todos querían aprovechar la oportunidad de su pérdida de poder para derrotarlos. Pero Marley no iba ceder, no cuando los titanes estaban en su poder aún.

Esta vez, la victoria había sido suya. Marley nuevamente había demostrado que el poder de los titanes aún seguía siendo superior y que arrasaria con cualquier nación que quisiera interponerse en su camino.

Tanto T/n, Pieck, Zeke, Reiner e incluso Porco habían estado en la primera línea de ataque, permitiendo el paso de sus soldados a la victoria abrumadora para su nación. Ellos eran los salvadores. Eran los honorables guerreros de Marley.

—¡Un brindis por los guerreros!—exclamaron los soldados dentro de la nave—. ¡Y por nuestra victoria!.

—¡Por nosotros... Y Porco también!—siguió la pequeña portadora del titan hembra. Estaba abrazada a Porco, quién se había sonrojado al escuchar su nombre también dentro del brindis—. ¡Porque sin él todo sería diferente!.

—¡Por Marley!—gritó Porco levantando sobre su cuello a T/n—. ¡Y por esta demente que fue la clave!.

—¡Sí, un brindis por mí!—ella estaba ebria. Y Porco también. Sus unidades no estaban mejor.

No tan lejanos a ellos, Zeke, Pieck y Reiner se encontraban descansando en una de las mesas, mientras disfrutaban de lo que parecía ser una taza de té.

—Todos parecen haber bebido demasiado, ¿no lo creen?.

—Está bien tener una pequeña celebración luego de una victoria—Pieck sonrió perezosamente. Habían estado semanas en medio de esa batalla, una celebración era ideal para liberar el estrés del enfrentamiento, no sabían cuando llegaría el siguiente—. Además, esos dos se ven tan contentos.

—Esos dos están ebrios—Reiner contestó con el ceño fruncido.

—Lo siento por ti Piecky, eres tú quien tendrá  que cuidarlos en cuanto lleguemos a casa—se burló el hombre barbudo con una sonrisa.

Pieck no contestó, sabía que era cierto.

—No te preocupes, Pieck—Reiner se compadeció—. Puedo llevar a Porco a su casa, así puedes ir a casa con tranquilidad.

—Gracias, Reiner. Significa mucho.

Reiner sonrió y continuaron viendo la escena que se desarrollaba frente a ellos.
Un ebrio Porco cargaba a una ebria T/n, ambos gritando y aclamando su victoria sobre aquella debilucha nación que quiso derrocarlos.

Fueron varios minutos después cuando la celebración se detuvo por unos momentos, Porco, quien parecía sostener con fuerza a su amiga, la soltó para rellenar su vaso, y en cuestión de segundos la guerrera cayó al suelo, derramando la bebida sobre todo su cuerpo. Ninguno pudo hacer nada, ni siquiera Pieck, quién era la que se encontraba observando con atención especial a su novia.

—¿T/n?*hip*, ¿eh?—Porco le preguntó borracho—. ¿Qué haces ti.. *hip* Tirada en el suelo?—su voz se cortó en media oración, estaba tan borracho que ni siquiera notó haber tirado a la pobre chica que aún no se ponía de pie.

Pieck se puso de pie tan rápido como reaccionó, empujando a Porco, que apenas estaba agachandose para verificar el estado de su amiga, derramando accidentalmente más bebida sobre ella.

𝑳𝒂𝒛𝒐𝒔 𝑰𝒏𝒒𝒖𝒆𝒃𝒓𝒂𝒏𝒕𝒂𝒃𝒍𝒆𝒔 (𝑷𝒊𝒆𝒄𝒌 𝑭𝒊𝒏𝒈𝒆𝒓) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora