𝗭𝗮𝗻𝗻𝘆𝗮 [+21]

Capitulo. 1

Annya

¡Demonios!, iba tarde de nuevo al club, tenía que estar ahí hace cinco minutos, hubiera aceptado ir con los chicos y no quedarme a dormir un rato más, la resaca me está matando.

Cruzo la calle sin fijarme, voy tan apresurada que no  me doy cuenta cuando un loco viene en exceso de velocidad, hacia a mí, trato de correr, pero mi cuerpo queda inmóvil, el coche frena de golpe y salgo de mi estado de shock.

Me acerco hasta el auto y golpeó el capó una y otra vez.

—¡Carajo, podrías fijarte imbécil!— digo molesta, llevando una mano hacia mi bolso.

—Deberías de fijarte tu loca— grita el chico, desde adentro.

Ni siquiera me pedirá una disculpa, casi me mata y le da igu... Un momento, este imbécil me dijo, ¡¿loca?!

—¡Pídeme una disculpa!— puse ambas manos en el capó.

—A ver loquita, no es mi culpa que te sientas inmortal, ¡quítate loca!— grita con arrogancia.

Imbécil, solo porque debo ir a trabajar y no puedo estar aquí peleando, con un puto loco, que le vale la vida de los demás, aun así sacó mi botella de agua y sigo mi camino.

El auto empieza a moverse y volteo para aventar la botella, la aviento y grito, —ESTO ES POR CASI MATARME, IMBÉCIL—

Jum... Pobre tonto si creía que se iba a quedar así.

— Te metiste con la chica equivocada, idiota.

Dejo de reír cuando noto que el auto regresa puta madre "corre perra, corre" es lo único que mi cerebro procesa y lo hago sin ver atrás...

Después de correr varias calles, llegó al club agitada, entro por la puerta trasera sin ganas, me adentro al lugar en dirección a los camerinos.

Ya había perdido tiempo tenía que vestirme rápido, me coloqué un vestido corto negro, con una abertura sexy que muestra parte mi muslo y escote que resalta mis pechos, hoy me toca bailar con los chicos, ganaré un poco más está noche debido a que las demás chicas no les gustan, estos números.

Coloco un labial tinto en mis labios, un poco de rimel en mis pestañas e iluminador, mi cabello suelto y ondulado caen en mis hombros haciendo contraste con el maquillaje y el atuendo.

Mis manos comienzan a temblar como de costumbre, saco las botas largas de cuero del pequeño zapatero y me las pongo, amaba estos calzados me hacían sentir más segura.

Ahora lo más importante la seguridad, eso es importante si tú te sientes segura, transmites eso y no hay nadie que diga lo contrario, a menos que te envidien o te halaguen.

¿Irónico? Que lo diga y me sienta insegura de mí persona.

— Estoy lista para salir — doy la indicación y salen los chicos al escenario.