Capítulo. 5

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Annya.

Terminamos de bailar y bajamos del escenario, las bocinas retumban con intensidad mientras la multitud baila sin parar, los gritos se intensifican a medida que la noche avanza, decido entrar por fin al camerino y empiezo a quitarme el vestuario, me pongo un vestido suelto de las caderas en color blanco y me retiro el maquillaje de la cara, quedando al natural.

Coloco todo en su lugar con cuidado de no estropear nada, los chicos hablan entre ellos, pero no les presto ni la más mínima atención, salgo del lugar para relajarme.

Caminé por la playa hasta alejarme un poco del lugar y estar en completo silencio, me senté un rato en la arena, contemplando la luna, se veía tan hermosa, de alguna forma me hacía sentir bien y que no estaba tan sola.

Realmente no estaba sola tenía a Drake, él se convirtió en mi mejor amigo y con el tiempo un hermano mayor, siempre me ha cuidado desde que entré a trabajar al club, mi mente empezó a divagar y sonreí de oreja a oreja al recordar nuestro primer recuerdo juntos.

Extrañaba mucho a mi abuela, siento que nos faltó mucho tiempo juntas, el que pasamos no fue suficiente, más cuando me alejaron de su lado de esa forma tan cruel, no tenía ninguna foto de ella, nada, su foto de la última vez que la ví estaba solo en mi mente.

Si tan solo la hubiera abrazado fuerte la última que estuvimos juntas, sin tan solo hubiera corrido antes de que me alejarán de mi abuela.

Mis pensamientos se desvanecen, cuando alguien hace una pregunta, viniendo en mi dirección.

— ¿Estás bien?

Otra vez el rubio, habíamos quedado en un acuerdo, él no se acerca y yo seguiría bailando.

— ¿Puedo? — pregunta, cuando ya está sentado a la par mía.

Limpio algunas lágrimas que se me habían escapado y volteo con normalidad, por un momento nuestras miradas se encuentran y ruedo los ojos regresando mi vista al frente.

Este chico es demasiado guapo, la luz de la luna crean un gran contraste con algunos de sus mechones rubios, su aroma tan varonil llegaba hasta a mí, me encanta ese olor tan masculino que solo el tiene.

— ¿Gustas? — estira una botella de alcohol, hasta a mí, pero le ignoró.

No me caería mal una gota de alcohol ahora pero tengo miedo de como acabará esto. Solo no quiero más peleas.

— Aparte de loca inmortal, muda — espeta con amargura.

— Y tú aparte de asesino, Dory — digo levantándome de mi lugar, pero su agarré me detiene.

— ¿Por qué dices eso? — pregunta con curiosidad y molestia, realmente no deduzco que es por el tono de voz.

— Teníamos un trato, pero Dory lo olvidó — me suelto de su agarre.

— ¿Por qué no podemos llevarnos bien al menos un rato? — responde con seriedad, tensando la mandíbula.

— Porque me caes mal, no te soporto— me doy la vuelta y camino tratando de alejarme del lugar.

—¡Oh quizás me tienes miedo! — dijo mientras reía, disfrutando del momento, me giré en su dirección y me acerque a él.

Me pare en seco por la respuesta tan estúpida, todo lo quería a su modo y cuando él quisiera, es más terco que un toro, que insistencia con joderme.

— ¿Miedo?, ¿De qué? —dije con una risita burlona, cruzándome de brazos.

— Sí no lo tienes quédate conmigo — llevó la botella hasta sus labios, tomando del líquido que contenía, intimidante sí lo era, pero estaba empezando a divertirme, igual no tenía nada que hacer está noche.

𝗭𝗮𝗻𝗻𝘆𝗮 [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora