Capítulo. 4

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Annya.

— Estás aquí para trabajar, no para coquetear.

Puta madre esa voz, giré mi cuerpo, hasta quedar frente al responsable de mi sorpresa.

— Suéltala, está en horas de trabajo — escupió las palabras, mientras quedaba a centímetros de mí, menudo loco que se creía esté idiota.

— ¿Tú qué haces aquí?.

Joder sabía que era él, pero porqué mierda tenía que gritar.

— Hola, loca inmortal — espetó el rubio.

— Te pregunté algo, responde— respondí un poco irritada

— Me presento soy Zeus Sanders, el anfitrión de todo este show — dijo mientras una sonrisa se formaba en sus labios.

Mierda era empresario y ahora estaba en su inauguración. Él era el responsable de que esté aquí, ¿Qué se supone qué haga?

— Pues no es un gusto conocerte, y sí te retiras lo agradecería — volteé hacía Noah, que miraba incómodo la escena.

— Te dije que estás en horas de trabajo, no tienes permiso de bailar — lo ignore, y seguí bailando con Noah.— Que irritable eres, aparte aún llevas puesto el vestuario que yo compré, por lo tanto es mío.

Bueno ya había acabado con mi paciencia, una mezcla de coraje y tristeza se hizo presenté y volteé en seco a verlo.

— ¿De verdad estás reclamándome por este vestuario?— dije con rabia.

— Sí, porque es mío y puedes estropearlo— habló cerca de mi oído y mi coraje aumento más con esas palabras.

Lo miré con odio, mientras me quitaba la falda y el top, quedando solo en bragas y sostén, agarre su estúpido vestuario con ambas manos y se las aventé en la cara, Noah me observaba de arriba abajo, sentía varias miradas sobre mí.

El rubio trato de acercarse hacía a mí, pero lo alejé para marcharme del estúpido lugar, al menos lo intenté porque él me sujeto del brazo, evitando que siguiera mi camino.

— Soy tu jefe, no puedes irte.

— Mi jefe es Carlo, idiota— escupí las palabras.

— Yo te contraté, por lo tanto soy tu jefe — exclamó arqueando una de sus cejas.

Solo quería irme de aquí, los encuentros con él siempre terminaban en pelea y ya me caía mal, el odio era mutuo, pero no podía negar que estaba tan guapo.

— Consigue a la mejor bailarina y que te obedezca idiota— me aleje del lugar, dejando a los dos chicos, estaba enojada no quería verlo, me puse las manos cubriendo mis senos y caminé rápido para llegar hasta mi departamento, estaba lejos, pero no me importaba caminar. Cualquier cosa era mejor que estar cerca de ese idiota.

Escuché los gritos del rubio detrás de mí, pero no me importó no iba a parar, ni siquiera me importaba la gente que nos veía, me valió mierda, yo no iba a dejar que me humillara, solo por un tonto vestuario.

Me escabullí entre la gente hasta perder al idiota y llegar al muelle, aún decidida para largarme, iba descalza y en ropa interior, a ver sí la policía no me paraba o alguien me faltará al respeto, miles de ideas que no terminaban bien pasaban por mi cabeza, en ningún momento pare y solo seguí mi caminó por la carretera.

Suspiro pesado al ver que un auto se aproxima, el miedo se apodera de mí y trato de caminar más rápido, maldita sea debí de haberme quedado con mis amigos, pero no aquí estaba, aquí en la noche y si me regresaba, tal vez eso sería mejor, pero... ¿Cuánto había caminado?, Seguro ya me había alejado mucho o al menos un poco y mis pies dolían en cada paso que daba.

𝗭𝗮𝗻𝗻𝘆𝗮 [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora