Capítulo. 19

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Annya

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Annya.

Siento asco cada vez que tengo que ocultar los golpes a la vista de otros, siento asco de mí misma por aguantar esto sola, todo sería tan fácil si el miedo no gobernará mi vida y por primera vez fuera valiente, hoy es uno de eso días que tengo que arrastrar mi cuerpo hasta la calle, no tenga ganas de salir a ninguna parte solo quisiera olvidarme un rato de todo, ni siquiera me siento bien como para ir al trabajo, ni he descansado no me siento fuerte para dar una sonrisa al mundo, para enfrentarlo.

Estoy harta de toda esta mierda, estoy tan harta; pienso varias veces tomando un taxi hasta la delegación «Esta vez saldrá bien, vamos Annya eres más fuerte que está mierda» mi corazón late cada vez más rápido, siento que se me saldrá de los nervios y que el sol ya se esté ocultando me pone peor.

Pago la tarifa y salgo temblorosa, me paro unos segundos frente a la delegación, después de tanto pensar camino segura hasta adentrarme al lugar, me acerco hasta una de las mujeres que se nota amable.

— Buenas tardes — hablo nerviosa.

— ¿En qué podemos ayudarla?— responde cortes.

— ¿Cómo puedo levantar una denuncia?— miz voz sale en un hilo, apartando la mirada de la mujer que solo me observa.

— ¿Denuncia de que?

— Violencia— digo en un nudo.

— Debe ir aquella ventanilla, le tomarán la declaración y posteriormente empezaremos con la investigación— me informa, asiento y agradezco por la información que me ha brindado.

Me siento demasiado ansiosa, los pensamientos no dejan de atormentarme, tengo miedo, pero quiero que esto paré antes de que todo sea tarde «Dios mío ayúdame» cada paso es más difícil, siento que mis pies se doblarán, incluso mi respiración es más agitada, llegó hasta la ventanilla el miedo me carcome.

— Bue... buenas tardes— tartamudeo mientras muerdo mis labios, para calmar un poco mi ansiedad.

— ¿Qué pasa con usted?— me señala la silla para sentarme, el oficial toma una de la plumas y una hoja.

— Mi ex pareja me maltrata constantemente, a llegado al punto de golpearme, empujarme incluso intentó matarme— mi voz se quiebra cuando decido hablar, mis manos sudan más de los normal y no puedo dejar de mover los pies.

— ¿Usted trabaja?— pregunta sin verme.

— Si, claro.

— ¿A qué se dedica usted señorita?.

— Soy bailarina— anota viéndome —, una bailarina exótica para ser exacta— el oficial deja de escribir y deja la pluma a un lado.

— ¿Esto es verdad?— pregunta entre risas.

— Claro que sí, usted cree que jugaría con eso— mis ojos pican y mi corazón late aún más — Solo mire mis manos están raspadas, ayer me aventó contra la pare...

𝗭𝗮𝗻𝗻𝘆𝗮 [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora