𝗭𝗮𝗻𝗻𝘆𝗮 [+21]

Capítulo. 24

¡Feliz cumpleaños Annya!

Annya.

Había dejado marcas en mi cuello, el collar me provoco varias heridas que aún sangraban, humedezco el paño dentro del pequeño bote de agua para lavar las heridas, arden al principio, después poco a poco va disminuyendo el dolor.

Palpo con la yema de mis dedos, las marcas, bajo el cierre del vestido, quedando en ropa interior frente al espejo, trato de verdad de no llorar, pero me siento sucia al recordar los besos de Rayan, de ese maldito puerco de Davíes.

Todo lo que pasó en aquella habitación será muy difícil de olvidar, como se masturbaban frente de mí, me tocaban, fui un entrenamiento. Hago el intento inútil de llamar nuevamente y fracaso, no importa que haga esta noche, sé que ellos no querrán hablar conmigo.

Ahora no solo son mis amigos y Zeus, sino también Carlo, yo sé que él se ha equivocado en varias ocasiones conmigo, eso no me importa, yo siempre voy a agradecerle y ver las cosas buenas que él ha hecho por mí, por lo tanto, no puedo desobedecer a Rayan.

Voy a defenderme si es necesario, no soy tonta, sé que si caigo de nuevo en las drogas, mi otro yo saldré, todo el odio, coraje, tristeza van a salir y me harán actuar de impulso. Yo me conozco y sé que no estoy loca, yo sé que no tengo ningún trastorno de personalidad, sé que puedo estar lejos de las drogas.

No me he drogado tan frecuente, solo fumo, pero no es mucho, eso no cuenta, yo puedo con esto y más.

— No te voy a dar el gusto de tomar el control de mí— miro mi reflejo, acercándome más, mis ojeras están más marcadas de lo normal — voy a demostrarme a mí misma que puedo con esto y a ti también.

«La única forma de ganar y lograr todo lo que queremos es dominando los sentimientos, tomar ese miedo como combustible para ser mucho peor que ellos»

Yo no necesito ser mala para salir de esto, yo sé que puedo hacerlo, Dios no va a dejarme sola. Pueda que ahora todo lo vea oscuro, pero sé que va a mejorar, yo lo puedo sentir.

Me pongo mi ropa rápido y salgo sigilosamente para ver si todos ya se han ido, todo está oscuro y no puedo ver nada, al parecer estoy sola.

Camino hacia la oficina de Carlo para asegurarme que en verdad esté sola y efectivamente lo estoy, todos se han ido y el lugar está un poco recogido, trato de abrir la oficina y me adentro en ella, espero que haya dejado las llaves si no me tocará abrir con algún cuchillo o prendedor. Prendo la lámpara, pero no veo nada, busco en el escritorio, y nada, busco en los cajones del estante y tampoco encuentro nada, abro el último cajón y justo están ahí.

Las agarré y salí de la oficina cerrando la puerta, puse una señal donde encontré las llaves para dejarlas en el mismo sitio, subí de prisa los escalones hacia el piso de arriba buscando la habitación en la que sucedió todo; tomé las llaves y me dirigí al interior. Vaya que sí había limpiado el perro inútil de Rayan, fijé mi mirada en el cuadro donde había visto la cámara, con todas mis fuerzas recorrí el escritorio hasta la pared para poder subirme a revisar la pintura.