𝗭𝗮𝗻𝗻𝘆𝗮 [+21]

Capítulo. 9

Annya.

Sí bien no tenía nada grave, los golpes en su rostro para mí si eran graves, ofrecí curarlo y venimos hasta mi departamento, ninguno de los dos habíamos hablado del incidente del coche, lo ignoramos por completo, agradecí que él rubio no hiciera bromas acerca de eso, no sabría qué decirle.

Aunque por la situación, supongo que él debería entender, Zeus estaba sentado en el sofá de la salita de estar y yo estaba en la cocina, envolviendo la compresa de hielo con un paño limpió, caminé hasta él y aplique con cuidado la compresa fría.

— Auch — soltó un quejido.

— Tranquilo ahora te curó el labio también — dije con angustia.

— ¿Quién era él? — preguntó mientras sostenía la compresa.

— Ahora te curó el labio, espera — fui con prisa al baño a sacar el botiquín y cortando un poco de aloe vera.

Deje el pedazo de aloe vera en un platito de madera, me acerqué a él en cunclillas, limpie mis manos y agarre un pañito limpió pasándolo por la herida del labio, le dolía sus quejidos lo confirmaban, estúpido Rayan.

— Te pondré aloe vera —, tome la planta entre mis manos.

— Esa mierda huele horrible y es muy rara — dijo haciendo una mueca de asco.

— Mi abuela dice que es buena — aseguré poniendo el gel de la planta por toda su cara, dando masajes.

— ¿Vives con tu abuela? — me alejé de él cabizbaja.

— Ella murió cuando tenía 5 años — murmuré forzando una sonrisa.

— Lo sien...— lo interrumpí.

— No, no digas nada por favor — contradije.

— Está bien morena — tocó sus mejías, haciendo una mueca de asco al tocar el gel viscoso.

— Te ayudará a desinflamar y a reducir el dolor — murmuré —, confía en mi abuela— palmeé su hombro.

— Me dirás quién era el tipo que trato de besarte — su voz se tornó más sería, él quería saber y yo no quería hablar.

— ¿Tienes hambre? — me levanté del sofá, tratando de huir.

— ¡Te lo ligaste mientras me fui verdad! — dijo con curiosidad, yo solo me quedé estática sin movimiento alguno, solo escuchando lo que me decía.

— N-.. no, yo, estaba espera..ndote — tartamudeé, los nervios me invadían.

— En confianza somos amigos, ¿No? — sí somos amigos, pero me sentía rara hablar de esto, hace un tiempo que no he estado con nadie.

— Es mi exnovio — murmuré mientras quitaba mis tacones.

— Y trataba de besarte Ann — rodó los ojos con molestia.

— No es malo, no entiendo por qué trato de besarme, pero no es malo.

Si era malo, pero no podía decirle nada de lo que pasaba menos de que me amenazó.

— ¿Lo quieres? — me contradijo.

— Nos llevamos mejor como amigos, que como novios — esboce una sonrisa — ¿Quieres que te prepare algo de comer? — limpié su cara con un paño húmedo, quitando los restos del gel que había puesto previamente.

—No morena, gracias— relamió sus labios, volteando en otra dirección.

— Esperame aquí, iré a ponerme mi pijama — corrí hasta mi habitación, cerrando la puerta con cuidado.